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FUTUROSPOSIBLES

MODERNIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN EL SIGLO XXI: UNA MIRADA DESDE LA CIENCIA POLITICA

PROLOGO

 

La Ciencia Política ha centrado históricamente su vocación teórico-práctica y su epistemología, en la descripción y el estudio de las instituciones y procesos del orden político de la sociedad, asumiendo tanto sus aspectos "estáticos" como la "dinámica" de los acontecimientos.   En una época como la actual sin embargo, una de las problemáticas de fondo que cuestionan los conceptos tradicionales de la Politología moderna es la del cambio social. 

Las sociedades que se encuentran hoy en pleno proceso de modernización (como es el caso de la sociedad chilena y las sociedades latinoamericanas), viven el cambio social como una tendencia profunda que sucede por debajo de la "superficie" de los acontecimientos y por lo tanto, es legítimo interrogarse desde la Ciencia Política, cómo los cambios sociales que tienen lugar impactan sobre las instituciones políticas y el poder.

Este ensayo se interroga precisamente sobre esta relación entre cambio social e instituciones políticas, desde la perspectiva de la modernidad a la que estamos accediendo.

Manuel Luis Rodríguez U.  Cientista Político.

Punta Arenas - Magallanes, junio de 2006.

 

MODERNIDAD Y TRANSICION A LA MODERNIDAD: LAS TENDENCIAS PROFUNDAS

 

El rasgo más distintivo que experimentan nuestras sociedades es el tránsito hacia la modernidad.   

Este ensayo sustenta la hipótesis según la cual la sociedad chilena -y las sociedades latinoamericanas en general- se encuentran en una prolongada fase de transición desde una cultura con rasgos tradicionales, que predominó a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX, a una sociedad con una cultura de rasgos modernos, transición que se habría iniciado a mediados del siglo XX y que durará presumiblemente gran parte del siglo XXI.   La transición a la modernidad implica la introducción gradual de los valores de la moderenidad, individualismo, materialismo y búsqueda del exito personal.

 

ELEMENTOS PARA UNA CIENCIA POLITICA DEL CAMBIO SOCIAL, EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI

 

El cambio social entendido en los términos sociológicos y politológicos descritos, se entiende básicamente como toda transformación observable en el tiempo que afecta, de una manera no provisoria ni efímera, las estructuras o el funcionamiento de la organización social de una colectividad dada y que modifica el curso de su historia.  Desde esta perspectiva, puede afirmarse que la transición a la modernidad que vivimos como sociedad desde mediados del siglo XX, es un cambio social profundo y durable, que afecta a las estructuras económicas y sociales y al sistema político e institucional.

El cambio social sucede también en la esfera del orden político de lam sociedad, en la medida en que se trata al mismo tiempo de una acción histórica vehiculizada por ciertos actores sociales de cambio, generando mutaciones que deben ser absorvidas y recogidas por el sistema político.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 

Eisenstadt, S.N.: MODERNIZACION, MOVIMIENTOS DE PROTESTA Y CAMBIO SOCIAL.  B. Aires, 1972.  Amorrortu Editores. 

Moore, W.: SOCIAL CHANGE.  N. York, 1963.  Prentice-Hall Edits. 

Rocher, G.: INTRODUCTION A LA SOCIOLOGIE GENERALE.  VOL. 3: LE CHANGEMENT SOCIAL.  Paris, 1968.  Editions HMH. 

(Ensayo en construcción)

NUEVE TESIS SOBRE LA IDENTIDAD DE IZQUIERDA, EN EL HORIZONTE DEL SIGLO XXI

PROLOGO

 


"Es mas probable que un intelectual de izquierda se pregunte sobre la condición de izquierda y su identidad ideológica y política, a que un pensador conservador deje de razonar en términos de rentabilidad y de ganancia." 

 

¿Qué es ser de izquierda en los inicios del siglo XXI?  ¿Cuáles podrían ser los fundamentos de una nueva definición de la condición de izquierda en el futuro?  ¿Cuál es el sentido profundo que identifica actualmente y que podría identificar en el futuro al ser de izquierda? 

Este ensayo -desarrollado a través de un enfoque multidisciplinario y prospectivo- propone a la reflexión intelectual un conjunto de elementos teóricos y conceptuales para contribuir a identificar los rasgos distintivos de la condición de izquierda en los inicios del siglo XXI. 

Manuel Luis Rodríguez U.   Cientista Político.

Punta Arenas - Magallanes, junio de 2006.

 

INTRODUCCION

 

Una sola frase y todas las intocables adquisiciones de la civilización occidental fueron puestas en cuestionamiento: "Proletarios del mundo entero, uníos".   Así se termina el Manifiesto Comunista de 1848 y así se comienza la era de las grandes transformaciones sociales y políticas, resultado de la primera Revolución Industrial, una época que parece haber concluido su prolongado ciclo en 1989 y 1990, con el derrumbe de los sistemas socialistas reales, de la Unión Soviética principalmente.


Pero...mirado el mundo con mayor detenimiento, mirado el planeta en los inicios del siglo XXI, no puede menos de sobrecogernos el espectáculo gigantesco de que las mismas miserias, injusticias, desigualdades y anomalías, que ocasionaron desde 1848 en adelante, la explosión de la conciencia obrera contra el capitalismo, esas mismas miserias y desigualdades estructurales se nos aparecen reproducidas, profundizadas y aumentadas a escala mundial con el peso agravante de un hecho insoslayable: parecemos no disponer de un modelo de sociedad que oponer a este capitalismo globalizado, desigualador y con aspecto triunfante, que hoy pretende sustentarse y justificarse en un pensamiento único, y que se presenta a sí mismo como el "modelo a seguir".

Frente a este espectáculo y a esta realidad entonces, tiene un profundo sentido ético e intelectual preguntarse ¿qué es ser de izquierda en los inicios del siglo XXI?.

La pregunta no tiene porqué parecer anacrónica, si convenimos que las mismas causas estructurales que hace más de un siglo ocasionaban en todo el mundo un malestar social creciente, creciendo hasta convertirse en descontento, descontento que se transformaba en rechazo, en protesta, en revuelta y hasta en revoluciones, hoy continúan surgiendo en muchos lugares del planeta, y los mismos descontentos y dsigualdades conducen por el camino de las mismas protestas.

Para responder a la pregunta que nos convoca, tenemos varios momentos históricos a los cuales apelar para una mejor comprensión.   Se puede fijar el punto de partida en el mismo 1848 y tratar de analizar cómo el siglo XIX estuvo plagado de revoluciones nacionalistas que tenían un trasfondo social y político anti-capitalista innegable.   La actualidad del diagnóstico realizado en el Manifiesto Comunista no debería sorprender a nadie.

O podría uno fijarse como hito desencadenante los sucesos de Chicago en 1868 que dieron comienzo a la demanda por la jornada de trabajo de 8 horas en todos los continentes y para todas las clases obreras conscientes de aquella época, y esa exigencia cada vez más masiva resultaba de una toma de conciencia que se traducía en organización de lucha social -sociedades obreras de resistencia, sociedades mutuales, gremios y sindicatos- para después darle contenido a expresiones políticas orgánicas -los partidos socialistas, las corrientes socialdemócratas, los partidos comunistas y los movimidentos anarquistas-  y del sindicato y el partido a la calle, a la barricada, a la revuelta y a la revolución.

La condición de izquierda -en particular como condición política e intelectual- entonces, arranca sus raíces desde el fondo social profundo de la historia del capitalismo y de una toma de conciencia de la sociedad presente de la que se nutren las Ciencias Sociales modernas, en especial la Sociología, la Historia, la Economía y la Ciencia Política.    ¿Porque esta eterna pregunta sobre la identidad de izquierda?

¿Porque nos desangramos casi hasta la inanición, por encontrar el sentido de nuestras ideas y de nuestro posicionamiento en la realidad social y política?

Probablemente una respuesta a estas interrogantes se encuentra en el hecho de que no es fácil ser de izquierda, porque es más probable que se encuentre usted en la oposición casi toda su vida y no es cómodo oponerse siempre a todo, y por eso surge la necesidad de pensar y la posibilidad de repensar la identidad de la izquierda desde una óptica propositiva.

Este ensayo tiene por objeto reflexionar acerca de la identidad de izquierda, en las condiciones históricas propias del inicio del siglo XXI y en términos que permitan comprender tanto las dimensiones de la crisis teórica vivida desde fines del siglo XX como de las perspectivas, dilemas y horizontes que se le presentan para el futuro.


LOS ORIGENES Y FUNDAMENTOS HISTORICOS DE LA IZQUIERDA


Podría parecer ocioso tener que ir a buscar los fundamentos intelectuales de la izquierda en épocas remotas, pero  aparte de aquellas corrientes que han querido llegar hasta las épocas bíblicas en busca de sus raíces, parece existir un consenso general en cuanto a que las bases conceptuales del pensamiento de izquierda, a lo menos en la tradición de Occidente se encuentran en los pensadores utópicos de los siglos XVII y XVIII y en determinados pensadores políticos del período de la Revolución Francesa, ideas que a su vez, vinieron a ser sistematizadas por algunos pensadores del siglo XIX.

Las diversas escuelas utópicas inauguradas en el siglo XVI por Tomás Moro, fueron prolongadas a través de distintas trayectorias intelectuales por los utopistas de los siglos XVII y XVIII, dando forma a una corriente de pensamiento que buscó al mismo tiempo señalar los vicios de la época feudal y del naciente capitalismo y diseñar un estado ideal de la sociedad, siempre de algún modo relacionado con las carencias antes descritas.   Del utopismo de la época renacentista y moderna, a los fundamentos del socialismo científico y hasta las formas y realizaciones de los socialismos históricos del siglo XX, la historia del pensamiento de izquierda constituye uno de las vertientes fundacionales de la modernidad.

No obstante la crítica que los autores del socialismo científico, en especial Marx y Engels hicieron de los utopismos anteriores, no cabe duda que se alimentaron de su poderoso contenido crítico.


 TESIS SOBRE LA IDENTIDAD DE IZQUIERDA


En el marco de la tradición histórica e intelectual de Occidente pero no solamente en ella, las izquierdas constituyen a la vez un universo teórico-intelectual y socio-político que asienta sus raíces en las condiciones de vida y de trabajo generadas por la implantación, consolidación e institucionalización del sistema capitalista de producción y dominación en la sociedad hy su expansión a escala mundial durante los siglos XIX y XX.

El rasgo principal de la actual izquierda en el mundo, es su crisis.  A partir de la evidencia de sus crisis de saber, de programación y organización, la gran tarea histórica de las izquierdas debería pasar por reaprehender el mundo y recuperar un discurso transformador posible en directa conexión con los movimientos populares nacidos extramuros de la izquierda convencional y de la crisis generalizada, a manera de respuesta de una izquierda necesaria convocada por los quiebres de la realidad social y política de fines del siglo XX.

La crisis política e intelectual de la izquierda se corresponde con el fin de la sociedad basada en la industria y la tecnología del siglo XIX y el paso gradual hacia una sociedad de la información y del conocimiento en que el componente de trabajo intelectual pasa progresivamente a predominar sobre el componente de trabajo físico.

 

TESIS I: UN ORIGEN HISTORICO E INTELECTUAL ANTICAPITALISTA.


La definición ideológica y teórica básica de la condición de izquierda, y que proviene de sus raíces históricas en el siglo XVIII y XIX, consiste en un claro posicionamiento crítico político y teórico frente al sistema capitalista de dominación, de manera que ser de izquierda y definirse como de izquierda en el presente significa adoptar una postura esencial y radicalmente crítica frente al conjunto del sistema de dominación socio-político y económico capitalista, sus modalidades históricas de aplicación y sus consecuencias, postura cuya gradación de intensidad crítica y de transformación estructural pueden ir en un continuum desde la tesis de la introducción de reformas parciales y graduales al sistema hasta la tesis de la ruptura más o menos violenta de éste.   Por lo tanto, la esencia de la identidad de la izquierda como universo político y teórico reside en su crítica y su radicalidad frente al sistema capitalista.    Ser de izquierda significa oponerse al capitalismo, como forma de organización económica, como modo de dominación política y como mentalidad ideológica y cultural.


El pensamiento de izquierda continúa constituyendo en el presente, al igual que desde principios del siglo XIX, el aporte intelectual y teórico crítico más coherente frente al sistema de dominación capitalista y burgués.


TESIS II: LA IZQUIERDA FORMA PARTE DE UNA REALIDAD POLITICA INOBJETABLE E INELUDIBLE.


La definición de izquierda en el campo político, así como las definiciones de centro y de derecha existen en la realidad socio-cultural, ideológica, intelectual y política de la sociedad moderna desde la experiencia de la Revolución Francesa y no desaparecen por alguna decisión voluntarista y constituyen formas de representación política asentadas profundamente en los sistemas políticos modernos.  


Así como –desde el siglo XIX hasta el presente- las más diversas dictaduras políticas, militares e intelectuales reaccionarias y de derecha han tratado de eliminar a la izquierda del escenario político, así mismo su permanente resurgimiento y reaparición bajo nuevas formas y estilos de acción, reflejan que ellas se encuentran radicadas y profundamente ancladas en el imaginario colectivo de los pueblos y de las naciones.


TESIS III: EL DIFICIL PASO DE LA TEORIA CRITICA A LA PRAXIS POLITICA.


La definición teórica de la izquierda no es unívoca con la definición política que se supone deriva de aquella, en términos tales que la radicalidad teórica de los postulados de la izquierda no resulta necesariamente en  la radicalidad política de quienes actúan en la práctica social y política.   Esta dificultad se manifiesta en diversas cuestiones tales como el de las vías de la acción para conquistar el poder, el de la forma de conducir el Estado o de la estrategia de alianzas en el curso del proceso hacia los cambios.


TESIS IV:  LA IZQUIERDA CONSTITUYE UN IDEARIO CON SU PROPIA RACIONALIDAD Y VALORES.


La identificación teórica y política de izquierda es básica, primaria y esencialmente en relación con el sistema capitalista de dominación y no con las demás corrientes de pensamiento del espectro político de la sociedad.  Esto significa que ser de izquierda no constituye solamente una definición política, intelectual y teórica en relación con las demás corrientes del espectro político, sino que contiene una racionalidad que hace referencia a las condiciones estructurales y coyunturales de un sistema  capitalistade dominación respecto del cual se define como contrario.


La izquierda se ha definido históricamente como la corriente política, cultural, social e intelectual portadora de los valores de la libertad, de la justicia, de la igualdad y la solidaridad, del cambio social, del racionalismo y la primacía de la inteligencia sobre la fuerza, de la creencia optimista en la perfectibilidad del ser humano y de la sociedad, del perfeccionamiento contínuo de la experiencia democrática, del antiracismo y el antibelicismo y la construcción de una paz justa entre los pueblos y naciones, de las profundas aspiraciones de cambio de las mayorías ciudadanas, del rechazo al clericalismo y al verticalismo autoritario.


TESIS V: LA IZQUIERDA ES UNA POSTURA POLITICA, QUE REPRESENTA ADEMÁS UNA CULTURA Y UNA ETICA


La identidad política y teórica de izquierda no constituye solamente una postura ideológica y política que se materializa en el plano de las estructuras socio-políticas y de los sujetos sociales históricos sino que representa además y sobre todo, una determinada cultura política representativa de determinados segmentos sociales y que además, es característicamente moderna.  

Existe una cultura de izquierda en nuestras sociedades actuales, una pertenencia e identidad de izquierda subyacente dentro de la cultura política, que forma parte de las tradiciones de luchas sociales, proletarias y obreras, que recoge en su diversidad la historia de formación y desarrollo de los movimientos urbanos de trabajadores, artesanos y profesionales durante los siglos XIX y XX, así como de los movimientos y demandas de campesinos e indígenas y otras minorías excluidas del sistema.

Los enemigos de la izquierda quieren ver su inexistencia, quieren anunciar su desaparición, quieren explotar sus derrotas para proclamar su obsolescencia definitiva y final.   La izquierda, en la rica diversidad de sus proyectos, corrientes y movimientos sigue existiendo en el siglo XXI como expresión de una protesta ética, intelectual, social y política contra un sistema económico-político y una dominación imperial que pretenden condenar a la Humanidad a un solo supuesto destino inevitable: la perpetuación de la dominación capitalista, la hegemonía del lucro sobre el ser humano y su felicidad.

Desde esta perspectiva, la identidad de izquierda no solo constituye un componente esencial de la cultura nacional y de la identidad patriótica de los pueblos y las naciones, sino también contiene una visión del mundo y de la Humanidad y, sobre todo, es portadora de una ética: el ser de izquierda implica una moral cívica en que el valor de la consecuencia, del esfuerzo solidario y consciente por la libertad y bienestar de los más desposeídos, se acompaña con el apego irrestricto a la libertad y la justicia, a la búsqueda honrada de la igualdad, de la dignidad y la profunda aspiración a la primacía del ser humano sobre toda otra consideración.


TESIS VI: NO HAY UNA IZQUIERDA, SIEMPRE HAN HABIDO VARIAS IZQUIERDAS.


Desde la perspectiva de sus formas de expresión y representación no hay una izquierda, nunca ha habido una sola izquierda, sino que en la realidad histórica mundial siempre han coexistido varias corrientes de izquierda con mayores o menores niveles de convergencia o de divergencia.  Por lo tanto, la diversidad es el rasgo distintivo de las izquierdas como universo político y como expresión de una pluralidad social y cultural.   Así, el problema de la unidad de las izquierdas está relacionado no con la coherencia de los programas y posturas de cada sector, sino con la necesidad histórica de integrar, reunir y coordinar fuerzas para combatir al capitalismo, o para producir socialmente una mayoría política que sustente el poder susceptible de producir los cambios, o para sustentarse en el poder socialista.

La diversidad enriquece la unidad, la representatividad y la democracia interna del movimiento.  El proceso hacia la coNstitución de nuevos sujetos históricos de cambio social se manifiesta, entre otros elementos, en el surgimiento de las siguientes tendencias.

a)  la constitución de identidades políticas no partidistas desarrolladas en torno a una condición de género (las mujeres), a un rol privado, grupalm o sectorial (los ancianos, los jóvenes, los homosexuales), o a valores universales que apelan al sujeto como miembro del género humano (pacifistas, defensores de la naturaleza o los derechos humanos).

b)  la formación de nuevas organizaciones, definidas más por el movimiento que por la estructura, que adoptan la forma de redes y que no se enmarcan en el sistema de partidos políticos ni en estructuras orgánicas y permanentes, sino que mantienen altos grados de flexibilidad y de autonomía.

c)  el surgimiento de nuevas pautas de acción política, socio-política y socio-cultural, más cercanas a las formas directas y horizontales de democracia, que se orientan hacia la participación social y ciudadana y hacia la configuración de multitudes inteligentes, para la definición y demanda de prioridades o sectoriales sin pasar por la mediación de los partidos políticos ni por el proceso electoral.

d)  el despliegue de nuevas estrategias de acción política, por fuera de los canales institucionales electorales y representativos, esto es, acciones no convencionales que van desde las formas directas como la protesta ciudadana, las manifestaciones, las multitudes inteligentes, las marchas y los paros cívicos, hasta las acciones concertadas y pactadas entre agrupaciones sociales, o bien de estas con los entes gubernamentales.  Estos actores o  movimientos sociales no tienen en general una propuesta sustantiva de nuevo régimen político, sino más bien un interés por influir sobre las decisiones de las élites políticas y el Estado, en aquellos aspectos que son de interés para esos movimientos.

e)  se redefinen también los ámbitos territoriales de práctica política y de ejercicio de poder mediante el establecimiento de formas de gobierno y gestión autónomas que coinciden con localidades, regiones o etnicidades caracterizadas por una fuerte identidad cultural o social, lo que en la práctica socavan, de alguna manera, los Estados centrales y los ámbitos nacionales.

Los nuevos movimientos sociales, cívicos, ciudadanos, de género, étnicos, locales, regionales, ponen en jaque la centralidad política e institucional del Estado, el sistema de partidos, los mecanismos institucionales de la representación y los canales formales de la participación, politizando al mismo tiempo a la sociedad civil. Los centros se multiplican, los actores y sus prácticas se pluralizan y las maneras de hacer política se reinventan; es decir, se instaura un nuevo patrón de politización, que se manifiesta en nuevas concepciones sobre la democracia. Se insiste en las autonomías, en las redes, en los autogobiernos, en la participación ciudadana en todos los ámbitos de la vida social, en la descentralización del poder y en el fortalecimiento de las democracias locales y regionales.

 

TESIS VII: DEL DIAGNOSTICO AL PROYECTO


La naturaleza propositiva del discurso y de la postura política de las izquierdas, constituye una vertiente complementaria y fundamental de la identidad de izquierda. No basta con el diagnóstico crítico del capitalismo dominante y de la globalización en curso: la mentalidad y la cultura de izquierda requiere siempre de un componente propositivo.  Después de un diagnóstico crítico anti-capitalista y anti-imperio, la izquierda debe ser portadora de un modelo de cambio, de una idea de nueva sociedad y de un proyecto alternativo de nación, de Estado y de democracia.

La hegemonía capitalista se organiza en un sistema de dominación y de poder que articula a un sistema económico basado en el lucro, el predominio del capital sobre el trabajo, la explotación multiforme del trabajo, la inteligencia, el conocimiento y la creación, el predominio de las grandes corporaciones globales sobre las economías nacionales y regionales, sobre la desigualdad básica territorial, estructura económica que se enlaza con una estructura de poder político -el Estado burgués y sus diversas formas de régimen político- y con una superestructura ideológica y cultural que opera como paradigmas articuladores de la dominación en el plano de las conciencias.

Por lo tanto, la crítica anticapitalista de la izquierda moderna en el siglo XXI es una crítica integral al sistema de dominación y contiene un proyecto de transformación de esta forma de sujeción de los seres humanos, de la naturaleza y del conocimiento y la cultura, por una nueva sociedad más humana, más justa, más libre, más igualitaria y más participativa.

La radicalidad de la crítica anti-capitalista de la izquierda reside tanto en su capacidad para construir un diagnóstico crítico de las condiciones objetivas y subjetivas en las que se manifiesta históricamente el modo de producción y de dominación capitalista, a partir del protagonismo y la toma de conciencia de las clases y segmentos sociales y culturales subordinadas, explotadas y excluídas, sino sobre todo en su virtualidad y capacidad orgánica y diversa, para proponer un determinado modelo de tránsito y un horizonte sistémico de cambio, alternativo al sistema de dominación existente.

 

TESIS VIII: EL SUJETO HISTORICO DEL CAMBIO SOCIAL SON TODOS LOS EXCLUIDOS Y EXPLOTADOS DEL SISTEMA

 

Una de las cuestiones teóricas cruciales para la izquierda del futuro es la de delimitar el sujeto histórico de cambio que exigiría subjetiva u objetivamente la transformación de la sociedad, habida cuenta de la pluralidad potencial de ese sujeto evolucionado desde aquella histórica clase obrera convertida por la revolución industrial en protagonista ascendente de la Historia.   Es evidente en la historia que los potenciales sujetos históricos de cambio dificilmente adquieren conciencia de su rol histórico, lo que explica que el proletariado está pasando a la Historia como pasado sin haber adquirido conciencia de clase en sí y para sí. Más difícil es definir al disperso sujeto histórico crítico formado frente a la globalización y que más que moverse en pos de la utopía, parece hacerlo a partir de un inventario de necesidades y aspiraciones. 

Por otra parte, uno de los campos en los que los cambios suscitados por el capitalismo global actualmente imperante es el del trabajo.  Desde la segunda mitad del siglo XX, tienden a desaparecer las condiciones laborales que facilitaban la toma de conciencia y permitían la solidaridad y la lucha de clases. La atomización, la alienación y el individualismo de los modernos explotados requiere de una praxis cultural, intelectual e ideológica mucho más extensa, radical y profunda.     Hay que partir desde esta nueva realidad compleja, abordar la problemática del protagonismo social, cultural y político no solo desde los conceptos clásicos, donde se resaltaba la explotación salarial de los trabajadores como el gran trasfondo de la denuncia ideológica. En la sociedad de consumo actualmente dominante se manifiestan diferentes formas de alienación social, cultural, económica, moral y política de los explotados y excluídos, todos efectos degradantes que los colectivos deberán combatir y transformar.

Las transformaciones sociales y políticas que conducirán a una nueva sociedad, son el resultado del despliegue multiforme de diversos actores sociales, culturales y políticos que constituyen un sujeto histórico de los cambios, a través de su movilización consciente y multitudinaria, de la construcción desde la sociedad civil de una organización social diversa y plural que vehiculiza y lidera desde una lógica democrática y horizontal el proceso de cambios.

El sujeto histórico de los cambios sociales no es una clase social en particular, ni un segmento social, cultural o político determinado y limitado, sino que se constituye como un vasto y multiforme movimiento de carácter socio-cultural y político en el que caben todos los excluídos, discriminados y explotados por el sistema de dominación imperante, y que es portador en cada momento del proceso histórico de sucesivos proyectos de cambios estructurales de un profundo contenido democrático y democratizador, que lleva a las instituciones democráticas a su tensión más amplia y plural y que constituye formas de poder, de decisión, de gestión y de participación amplias y horizontales.

El nuevo sujeto histórico es una articulación móvil y dinámica de actores sociales populares que desde las injusticias y las estructuras injustas a las que logra identificar en sus propias condiciones de producción y consigue asociar constructivamente con las demás inequidades, asimetrías e injusticias específicas del orden político, de la cultura, de las condiciones de vida y del desarrollo, ganan en identidad histórica al asumir que no son éstas injusticias específicas las que pueden resolverse en sí mismas mientras nos se transforme el conjunto del sistema de dominación en la que tienen lugar.

La construcción del sujeto histórico, portador del cambio en el siglo XXI, está estrechamente vinculada con la formación y el despliegue del tejido social, que es todo el trabajo social, político, intelectual y cultural que facilita el desarrollo y potenciamiento de espacios autónomos, libres y democráticos de encuentro que devengan en espacios de organización. El tejido social no pude desplazar, ni reemplazar por decreto la antigua existencia político—popular (sindicatos tradicionales, partidos, movimientos políticos y político-sociales, profesionales, gremiales etc.). Los actores del tejido social gestan sus propias formas de organización y expresión social y política (en un nuevo sentido que no excluya al antiguo). El encuentro de estas formas con las organizaciones políticas populares tradicionales debe ser de encuentro constructivo, de conocimiento y aprendizaje mutuo. Son sus propios actores los que deben configurar los caracteres específicos de este tejido. La articulación de las diversas expresiones del tejido social con los movimientos políticos debe permitirles evitar o resistir la represión y el aislamiento, conseguir al mismo tiempo, reconocimiento, legitimidad e identidad. El tejido social constituye la trama de la fuerza ejecutora del movimiento popular, su historización real. Es, por consiguiente, el referente central de toda práctica alternativa y liberadora.

 

TESIS IX:  LA IZQUIERDA HA DE SER PROFUNDA Y RADICALMENTE DEMOCRATICA O NO SERÁ

 

Si hay un punto de equilibrio que es vital para la existencia del sistema de dominación actual en el mundo, es la cuestión democrática.  ¿Hasta qué límites el sistema actual de dominación puede ser democrático sin que el propio sistema no vea amenazadas sus bases fundamentales de sustentación?

Las izquierdas tienen que ser capaces de llevar la democracia hasta sus límites más amplios y profundos. En su esencia la demanda ciudadana que las izquierdas deben ser capaces de vehiculizar y de liderar, es la aspiración de introducir toda la democracia posible y necesaria para que el conjunto del sistema de dominación pueda encontrarse de frente con sus propias definiciones teóricas nunca realizadas. Todo en el actual sistema de dominación es a democratizar: el orden político, el espacio público, el sistema de partidos políticos, el poder ejecutivo, el poder legislativo, el poder judicial, la estrcutura económica, todo debe ser impregnado por una corriente profunda de democratización que transforme al conjunto del orden político representativo en un orden político participativo.  

Se trata de pasar de una democracia gobernada a una democracia gobernante.  La radicalidad del proyecto democrático de la izquierda consiste no solo en su decisión y voluntad de practicar la democracia en el movimiento que la constituye, generando una amplia y profunda cultura democrática, sino en su capacidad para liderar una transformación democrática de las instituciones representativas del Estado moderno, proyecto que supone introducir en la lógica de las instituciones y de los regímenes políticos mecanismos cada vez más amplios, universales y significativos de participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisión que les conciernen.  

El carácter participativo que propone la izquierda para la democracia parte del principio de que la ciudadanía es la depositaria primordial de la soberanía y del poder constituyente y que, en virtud de este concepto fundacional de las democracias modernas, son los ciudadanos en quienes deben residir cada vez más las decisiones de los asuntos públicos, de manera que los mecanismos participativos abarquen todos los aspectos fundamentales de la vida polígtica, social y económica de la nación. 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 

Caute, D.: THE LEFT IN EUROPE.  London, 1977. World University Library.

Cole, G.D.H.: A HISTORY OF SOCIALIST THOUGHT. 1789-1939.  (5 vols).  London, 1953.

Hobsbawm, E.: LA ERA DEL CAPITAL, 1848-1875.  Barcelona, 1998.  Grijalbo-Mondadori.

 

ELEMENTOS PARA UNA GEOPOLITICA DE LA ENERGIA EN MAGALLANES - UNA LECTURA PROSPECTIVA

PROLOGO

 

La cuestión energética ha venido adquiriendo una relevancia creciente dentro de la problemática general del desarrollo nacional y regional.   En el caso particular de Magallanes -una región periférica dentro de la distribución espacial del territorio chileno- la cuestión energética adquiere una connotación aún más clave, en tanto en cuanto, al aislamiento geográfico se suma la dependencia energética que la región ha venido adquiriendo respecto de fuentes energéticas externas y lejanas.

Como muestra, los siguientes datos.

En los próximos años, vamos a encontrar dos novedades en el panorama mundial: en primer lugar, el consumo de energía por parte del mundo en desarrollo va a superar al consumo del mundo desarrollado, y, en segundo lugar, a pesar de haber dudas respecto a cuando va a ocurrir, vamos a alcanzar el máximo en la curva de Hubbert.

Como sabemos, el sistema para determinar la producción de petróleo en función del tiempo se conoce como curva de Hubbert, y sirve para medir cuanto tiempo hay o resta, para obtener petróleo a los precios actuales. Su planteamiento es sencillo: en un principio la producción de petróleo parte de cero, aumenta con el tiempo hasta alcanzar un pick y posteriormente comienza su descenso, suave al principio y brusco al final, tomando una forma gráfica de campana. Dicho pick coincidirá con el consumo de la mitad del petróleo mundial. La primera consecuencia de llegar al pick de la curva va a ser el encarecimiento del precio del barril de petróleo. De manera que, a medida que se siga avanzando tras el pick, los precios del petróleo irán subiendo de forma gradual, coincidiendo con un descenso gradual del nivel de producción. 

Hubbert -un geofísico que trabajaba para la poderosa compañía petrolera Shell-  predijo y en 1956 que el pick de producción de EEUU se daría entre 1965 y 1970. En un principio nadie lo tomó en serio, pero el pick de producción de los EEUU llegó en 1970. A partir de ahí la producción de EEUU ha entrado en un lento decrecimiento. Al mismo tiempo, en la década de los 70 predijo que el pico de petróleo mundial sería se alcanzaría en el año 1999, pero en este caso no acertó con la fecha .

En estos momentos nadie sabe a con exactitud cuándo se va a registrar este pick. Las previsiones oscilan entre el 2010 de ciertos geólogos y el 2035 de las fuentes oficiales estadounidenses. Aún así pueden preverse ciertos movimientos:

Una vez llegado a lo alto de la curva, el petróleo restante se va a concentrar principalmente en el Golfo Pérsico. Por lo que es cuestión de tiempo que esta región vuelva a predominar como actor principal en la producción del petróleo mundial. Su protagonismo aumentará a medida que el petróleo de las otras regiones del mundo se vaya agotando.

Pronto nos vamos a encontrar con dos movimientos simultáneos: por un lado, un aumento del consumo de petróleo a nivel mundial, y, por otro lado, un descenso de las reservas de petróleo fuera de los países de la OPEC, con lo que estos países van a tener que aumentar su producción para poder cubrir la demanda global. Se espera que estos países incrementen su producción de 27mb/d a 48mb/d de aquí al 2010.

Asimismo, podemos decir que se espera que el 60% de la nueva demanda de petróleo provenga de países en vía de desarrollo (especialmente de China).

A su vez, tal y como se ha descrito anteriormente, las tres principales áreas consumidoras de petróleo del mundo son las que menos reservas presentan, por lo que la dependencia a sufrir por EEUU, Europa y Asia respecto del petróleo del Golfo Pérsico va aumentar de forma significativa. Todo ello nos lleva a concluir que la pelea por este petróleo probablemente va a conducir a nuevas tensiones internacionales.

Desde la perspectiva energética debiéramos definir entonces a Magallanes como un espacio territorial periférico caracterizado por una doble y contradictoria condición: por un lado, una considerable disponibilidad de fuentes y reservas energéticas “propias” y diversas y, por el otro lado, una situación geo-energética de aislamiento, lejanía y dependencia respecto de fuentes externas vitales.  O por decirlo en términos más precisos: somos dependientes de fuentes de energías externas y que no producimos y no hemos desarrollado las energías propias con las que sí podríamos ser autónomos y suficientes.

En esta contradicción reside el meollo del dilema de vulnerabilidad energética al que nos aproximamos a medida que avanzamos en el siglo XXI: dependemos de fuentes energéticas ajenas, cada vez más costosas, contaminantes y lejanas, en circunstancias que nuestro territorio posee fuentes energéticas que podrían ser menos costosas e inmediatas y con menor impacto ambiental.    Este ensayo –como una contribución intelectual y teórica en el marco del Observatorio Austral de Geopolítica de la sede Magallanes de la Universidad ARCIS- se plantea este dilema y se proponen algunas líneas de reflexión y análisis geopolítico.

Manuel Luis Rodríguez U.   Cientista Político.

Punta Arenas (Magallanes),  mayo-junio de 2006.


CONTEXTO Y DIAGNOSTICO:
 MAGALLANES EN UN NUEVO ORDEN ENERGETICO GLOBAL


Una matriz energética dependiente y vulnerable


La región de Magallanes es una zona en desarrollo integrado dentro del territorio nacional de Chile y del espacio patagónico austral del continente sudamericano, cuyo crecimiento económico promedio ha sido regular en los últimos diez años, y cuyo desarrollo económico y productivo se ha vinculado histórica y predominantemente a una matriz energética basada en la utilización más o menos intensiva de ciertos recursos no-renovables generalmente situados en su propio territorio: maderas, carbón, petróleo y gas natural.

La dependencia energética relativa de la región, respecto del país y de otras fuentes internacionales, se combina además, con la prevista emergencia de escenarios de crisis energética mundial, como consecuencia del incremento del consumo y la demanda de fuentes energéticas no-renovables, principalmente de hidrocarburos, de manera que los precios de éstos combustibles tenderán a aumentar, deteriorando los términos regionales de su intercambio.

Desde el punto de vista de su geopolítica de la energía, el rasgo fundamental que presenta hoy la región de Magallanes es el de su dependencia energética relativa y su consiguiente vulnerabilidad externa.  Los cambios bruscos en los precios internacionales de los suministros energéticos, en donde la tendencia al alza del recurso petróleo constituye uno de los aspectos más significativos e impactantes, así como las largas distancias marítimas y terrestres que separan a Magallanes de los países y puntos de producción de combustibles, sitúan a la región un escenario de dependencia energética y de vulnerabilidad  geo-económica y geo-estratégica. 

No cabe duda también que una de las causas estructurales que explican la crisis energética actual y la tendencia crítica a la que se encamina nuestra región austral, se encuentra en el sistema económico de capitalismo neo-liberal, basado en la lógica del libre mercado, y que produce como consecuencia, entre otros factores, consumo irracional de las energías, contaminación masiva del entorno ambiental, volatilidad de los precios, inestabilidad e imprevisibilidad de los mercados y limita seriamente el rol y la capacidad del Estado para garantizar un desarrollo económico y energético sustentable y viable hacia el futuro.   La energí,a dejada al caótico arbitrio de las ciegas leyes del mercado, produce los resultados que tenemos a la vista: depredación, contaminación, sobre-explotación, dependencia y vulnerabilidad.

La región de Magallanes se encuentra hoy a inicios del siglo XXI, en una encrucijada energética mayor.  O mantenemos el actual patrón de consumo de energías y entonces estaríamos avanzando hacia un colapso energético mayor, o procedemos a transformar casi completamente nuestra matriz energética.

Se trata de decisiones de importancia estratégica para la viabilidad futura de nuestro desarrollo económico regional.

El problema energético de mayor urgencia que enfrenta hoy la región de Magallanes es el agotamiento casi irreversible del petróleo y el gas natural como fuentes energéticas predominantes en nuestra matriz energética y la necesidad de proceder a una reconversión energética mayor para enfrentar esta creciente carencia.  El desafío de producir dicha reconversión energética se agrava por la ausencia de políticas públicas de largo plazo en esta materia, por la imprevisión histórica con que se ha procedido a la sobreexplotación de ambos recursos, y por la necesidad de aplicar aquí y ahora decisiones estratégicas para la economía regional, que repercutirán decisivamente en las siguientes generaciones de sus habitantes.

Los actuales patrones de consumo de energía no-renovable que caracterizan al tipo de desarrollo económico en aplicación, parece tender a incrementar nuestra dependencia externa regional y a hacer cada vez más prohibitivos los costos de los combustibles que consumen nuestros domicilios, nuestros vehículos, nuestras empresas y nuestras instituciones.

La actual matriz energética, en el marco del actual tipo de desarrollo económico, nos hace más dependientes e introduce una variable que complejiza y dificulta aún más las posibilidades que la región alcance un desarrollo sustentable y equitativo.

 

La perspectiva
de la autonomía energética relativa

 

La región de Magallanes además, carece de una Política Energética Regional que, con visión de Estado y de región, y desde una óptica prospectiva, fije las grandes orientaciones estratégicas de nuestro desarrollo energético para los próximos decenios. 

La base conceptual de este análisis geopolítico es la búsqueda de la máxima autonomía energética que sea económica y tecnológicamente posible y la preservación del patrimonio ecológico y energético territorial de Magallanes, realidades que deben ser definidos y entendidos como de interés público.    Los recursos energéticos renovables y no-renovables de que dispone la región de Magallanes, le otorgan una renovada importancia estratégica, geopolítica y oceanopolítica. 

En la medida en que dichos recursos son crecientemente demandados por la economía mundial, su demanda se irá haciendo más intensa, por lo que el país y la región deberán disponer de instrumentos jurídicos e institucionales que, garantizando su preservación medioambiental, posibiliten la inversión y el desarrollo. 

Desde una perspectivas geopolítica, el logro de la máxima autonomía energética relativa de la región, en el mediano y largo plazo, constituye una necesidad que se hace cada vez más acuciante, si se observa el deterioro que están experimentado los recursos petróleo y gas natural, como consecuencia de su acelerada sobreexplotación.  Definimos “autonomía energética relativa” como una condición inherente al desarrollo regional según la cual la estructura económica y productiva de la región tiende a utilizar de preferencia fuentes energéticas renovables y no-renovables actualmente existentes en la propia región, en desmedro de fuentes energéticas exógenas.

Desde una perspectiva geopolítica moderna, la noción de autonomía, implica la búsqueda de alguna forma de autarquía que tome en cuenta las nuevas realidades mundiales, que apuntan a la interdependencia y la mundialización.   Aquí, la autonomía y la autarquía no son conceptos contradictorios con la apertura a los mercados e intercambios con el mundo exterior, son una condición de seguridad y de estabilidad energética que permitirá precisamente una mejor inserción de la región en los procesos globalizadores.

  El logro de esta autonomía energética relativa debiera ser el resultado de políticas públicas estables y de largo plazo, que incentiven deliberadamente el uso de ciertas fuentes energéticas y desincentiven la utilización de aquellas fuentes que mantienen o acrecientan nuestra dependencia energética.


Las nuevas tendencias
en el espacio energético


El sistema energético global está ingresando en una larga época que podríamos denominar “el ciclo del gas natural”, después que el petróleo ha ingresado lentamente en su fase final de declinación.

Asistimos a dos grandes tendencias geopolíticas sobre el gas natural en America Latina: por una parte una creciente y progresiva gasificación de las economías del Cono Sur y, por otra parte, observamos una notoria la cartelización del gas al estilo de la OPEP. El gas natural por lo tanto estaría destinado a convertirse en un componente estratégico del potencial económico de nuestras naciones y, porqué no decirlo, en un arma estratégica a utilizarse en el juego de las relaciones internacionales.

Un cambio mayor esta teniendo lugar en la actualidad: estamos transitando desde  un orden energético-gasífero constituido por mercados aislados, a un orden energético-gasífero global articulado como un mercado interdependiente e internacional. Una serie de desarrollos -demanda creciente, avances tecnológicos, reducción de costos en la producción y en la entrega a los mercados del gas licuado, así como la liberalización del mercado- están estimulando la integración de los mercados de gas natural. Tales interconexiones crecientes del mercado tendrán amplias ramificaciones tanto para los principales consumidores como para los productores de gas. La demanda global de gas natural está creciendo más rápidamente que la de cualquier otro recurso energético, incluido el petróleo. Aunque el mundo consume actualmente más petróleo que gas, se espera que el suministro de petróleo se contraiga en un futuro no muy lejano, cuando la producción global se acerque a su máximo nivel sostenible —quizá en 2010— y comience, a partir de ese momento, un declive gradual pero irreversible. Por otra parte, es probable que pasen varias décadas antes de que la producción de gas natural alcance su máximo pick, por lo cual se espera que alcance su máxima capacidad productiva cuando el suministro de petróleo comience a escasear. Además, el gas natural resulta más atractivo que el petróleo en muchas aplicaciones, sobre todo porque su consumo libera menos dióxido de carbono, el principal responsable del efecto invernadero.

Se designan entonces hacia el futuro cuatro tendencias generales, según afirma un reciente estudio internacional:

1. Emergerá un mercado global integrado del gas, lo que puede llamarse un orden energético-gasífero global, en el cual cualquier acontecimiento en cualquier país, zona productiva o región afectará a todas las regiones.
2. El papel de los gobiernos en el desarrollo del mercado del gas natural cambiará dramaticamente en las próximas décadas.
3. La creciente importancia geopolítica del gas natural implicará una atención creciente a la seguridad del suministro.
4. El rápido cambio a un mercado global de gas no es una certeza. Depende en gran medida de la creación de un contexto en el cual los inversores tengan confianza suficiente para desplegar vastas sumas de capital financiero e intelectual; requiere encontrar soluciones a las adversas consecuencias sociales y políticas derivadas del desarrollo de los recursos naturales en países donde el gobierno es débil; y asume un continuo tirón del creciente sector eléctrico mundial. ( )  

El crecimiento esperado de la demanda en lo interno sumado al desarrollo del mercado del gas natural en lo internacional y la amenaza del alto precio del petróleo hacen suponer que éste combustible será escaso en los próximos años y su valor tienda a aumentar. La gradual y creciente escasez de petróleo va a acelerar el mercado internacional del gas natural licuado. Al día de hoy, el gas natural es transportado por gasoductos que atraviesan grandes regiones pero se hace inviable de exportar extra-regionalmente.

Sin embargo, la tecnología para comprimir el gas natural de manera de poder transportarlo en buques cisterna, ha avanzado lo suficiente como para poder prever en un futuro cercano que el gas natural se transformará en un commodity al igual que el petróleo y su destino podrá ser cualquier lugar del mundo, ya no más atado a su región geográfica.

A su vez, el suministro de gas desde las principales zonas de reservas  y producción en América del Sur hacia los centros de la futura demanda, en Europa, America del Norte y Asia, requerirá una expansión mayor de las infraestructuras de transporte de gas intra-regional y transfronterizo.

Si esta previsión resulta correcta, es más que probable que el destino final del gas natural latinoamericano (particularmente de Bolivia y Perú, per también el que se encuentre en Argentina y en Chile) termine siendo consumido en centros de gran demanda energética mundial como Estados Unidos, o Asia, en vez de la región. No debe perderse de vista que el gas natural se está pagando hoy en Estados Unidos un precio hasta siete veces mayor que el que se paga en la región, de manera que, existiendo la tecnología, no hay razón para pensar que los propietarios del gas no lo quieran vender al precio más alto.

La propuesta del “anillo energético” -y particularmente lo que se ha dado en llamar el Gasoducto del Sur- pretende comercializar el gas de las reservas peruanas, bolivianas y venezolanas a través de una red de gasoductos ya existentes y algunos tramos a construir. Las reservas peruanas (de Camisea y Pagoreni) se estiman en el orden de los 11 millones de pies cúbicos. En los próximos 20 años se espera que el propio mercado interno sudamericano consuma 4 de esos 11 millones y otros 5 millones sean exportados a México. De manera que poco va a ser lo que llegue a los países del cono sur, salvo que nuevas exploraciones aumen-ten el volumen de reservas hoy conocido. Sin embargo, la construcción del tramo Pisco (Perú) – Tocopilla (Chile) y el futuro terminal de Quinteros, podrían asegurar la entrada de gas natural a Chile, liberando el gas boliviano con destino a los demás países.    Pero en esta perspectiva continental, el gas natural de Magallanes (si es que las reservas encontradas son considerables), sigue no teniendo todavía un destino cierto. 

Cabe recordar que ante la baja productividad gasífera argentina, Chile vio recortado su suministro de gas natural y Bolivia se niega a suministrarle el hidrocarburo utilizando esta herramienta como arma de presión para obtener de Chile una salida al mar, en el marco de un conflicto que lleva más de un siglo. Bolivia incluso reniega de exportar su gas a Argentina temiendo que por esta vía el gas natural llegue de todas maneras a Chile. Lo que evidencia este estado de cosas es la debilidad de una integración sentada sobre las exclusivas bases del mercado (en este caso energético) sin ningún tipo de sostén político y geopolítico que le proporcione otros horizontes.

La historia de los últimos 5 años muestra como el proceso de integración energética sufrió los vaivenes de los cambios de gobierno y las mareas políticas nacionales que no ofrece garantías de continuidad al proceso. Además, la realidad de un sector energético mayoritariamente en manos de empresas privadas transnacionales, suma dificultades a los pocos intentos de los gobiernos nacionales de orientar las políticas del sector hacia objetivos propios y nacionales.

En América del Sur, las reservas probadas suman 2,11 billones de metros cúbicos de gas natural. Por otro lado, la producción acumulada de los seis países, estimada alcanzaría en el 2025 a 3,37 billones. Reducir a la mitad la producción prevista para esa fecha significa llegar a una producción acumulada de 2,17 billones de metros cúbicos de gas natural. Tales cifras significan que en el mejor de los casos llegaríamos a 2025 con todas las reservas de gas natural agotadas. Vale la pena aclarar que en estos cálculos no hemos incluido las exportaciones de hidrocarburos hacia fuera del Mercosur, los cuales en algunos casos como el boliviano tienen serias perspectivas de ser concretados. Se mantiene la esperanza de encontrar nuevos yacimientos que mejoren las oportunidades a futuro.

Pero los analistas independientes opinan que ya no será posible encontrar grandes pozos que suministren la energía que el mundo irá a demandar. Esto quiere decir que aún si tenemos la fortuna de encontrar en la región nuevas reservas estas serán menores y tendrán un valor que la harán inaccesibles para nuestras economías. No debemos olvidar que la mayoría de estos pozos estarán concesionados a empresas privadas y que el precio del petróleo y del gas natural se fijan internacionalmente en centros de comercio donde nuestro países tienen poco peso relativo.

 

CONO SUR Y ESTRECHO DE MAGALLANES:
CONSIDERACIONES GEOPOLITICAS Y GEOESTRATEGICAS

 

El estrecho va a devenir un pasaje natural estratégico por la creciente circulacion de naves con gas natyural?

El estrecho y sus tres vías de acceso principal (por el oeste desde el océano Pacífico, por el este desde el océano Atlántico y por el sur desde el océano Austral), pueden constituirse en una encrucijada geoestratégica en la medida en que la región de Magallanes devenga una región productora de gas natural.


ESCENARIOS


El desarrollo energético –como tópico de estudio y análisis- sería incomprensible si no se reflexionara en función de una dimensión prospectiva.  En la medida en que la totalidad de los procesos económicos, sociales, político-institucionales y tecnológicos involucrados en la problemática energética, implican siempre horizontes prolongados de tiempo y tempos de maduración y planificación de mediano y largo plazo, es imprescindible incorporar las herramientas prospectivas para desarrollar un análisis geopolítico complejo.

El horizonte prospectivo elegido para esta reflexión geopolítica es de 20 años.

La implementación de una Política Energética Regional, debería efectuarse a partir de procesos de toma de decisiones que tomen en cuenta, a lo menos, cuatro escenarios prospectivos, considerados como los más plausibles de producirse en el horizonte de tiempo elegido, a saber:

a) un escenario tendencial de mantención de las actuales tendencias del desarrollo energético;
b) un escenario normativo I de mayor integración energética con la Patagonia argentina y búsqueda de una matriz energética de mayor independencia y autonomía;
c) un escenario normativo II de menor integración energética con la Patagonia argentina y búsqueda de una matriz energética de independencia y autonomía;
d) un escenario aberrante de catástrofe ambiental y/o energética.


Un escenario tendencial de prolongación
de las actuales tendencias energéticas


El escenario tendencial de mantención o prolongación de las actuales tendencias energéticas supone que en los próximos veinte años, la región de Magallanes continuará dependiendo de los suministros de petróleo provenientes del exterior, y de una matriz energética poco diversificada y concentrada principalmente en el consumo creciente de gas natural y petróleo.  Como una de las consecuencias geopolíticas de este escenario,  el conjunto del desarrollo económico de la región continuará sometido a los cambios coyunturales provenientes de los mercados internacionales y fuentes foráneas de suministro energético, con todo lo que ello implicará en términos de dependencia exterior y vulnerabilidad.


Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, el Estado mantiene su rol subsidiario y deja en manos privadas las principales decisiones de inversión, y entrega al beneficio del capital externo o internacional los resultados de sus esfuerzos de investigación y desarrollo energético.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán solo en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.
La tendencia alcista de los precios internacionales de la energía, repercute sobre el nivel de vida de la población regional, encarece y afecta sobre todos los rubros de la actividad económica y acentúa la vulnerabilidad y la dependencia externa.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.

Sociedad civil Una sociedad civil atomizada y con bajo nivel de protagonismo social solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios.

 

Un escenario normativo I,
de mayor integración energética con la Patagonia argentina
y  grados suficientes de independencia energética relativa


El escenario normativo I, supone que la región de Magallanes apuesta a la vez, por una mayor integración energética con la Patagonia argentina y por la búsqueda de grados suficientes de independencia energética relativa, mediante la diversificación creciente de su matriz energética.   Como consecuencia de este escenario, el desarrollo económico de la región se encontrará fortalecido por la generación de recursos susceptibles de potenciar la  investigación, desarrollo e inversión orientada hacia las fuentes energéticas regionales renovables.

 

Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, pero sometido al control y la supervigilancia del Estado, el Estado desarrolla un rol articulador y promotor del desarrollo, genera fuentes de energía alternativas y posee la capacidad de hacer alianzas público-privados de manera de orientar el desarrollo energético hacia una diversificación y la integración relativa con la Patagonia argentina.  En este contexto, la integración binacional sirve al objetivo de la diversificación energética, pero no genera condiciones de dependencia.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante pero de un rol activo del Estado, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas, pero en los cuales el Estado encuentre garantizadas la continuidad, y la radicación productiva permanente.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.  Este será un factor  adicional que estimulará la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y de procedencia local.

Sociedad civil Una sociedad civil menos atomizada y con diversos niveles de protagonismo social, no solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios, sino también desarrolla su capacidad para ejercer presión y generar formas de solidaridad económica.

 

Un  escenario normativo II
 hacia una combinación de integración energética con la Patagonia argentina
y grados crecientes de independencia energética


El escenario normativo II presupone que la región de Magallanes se orientará, en el horizonte señalado, hacia una combinación equilibrada de integración energética con la Patagonia argentina y por la búsqueda de grados crecientes de independencia energética, mediante la diversificación de su matriz energética en dirección a los recursos renovables propios: energía eólica, mareomotriz y termoeléctrica. 

Como consecuencia de este escenario, el desarrollo económico de la región resultará fortalecido por procesos continuos de investigación, desarrollo e inversión dirigidos preferentemente al logro de condiciones de autonomía energética relativa a escala regional y subregional.


Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de la alianza entre el Estado y el sector privado, el Estado induce mediante las Estrategias Regionales de Desarrollo y el Plan Estratégico de Desarrollo Energético, que la inversión privada y la inversión pública se orienten a los sectores cuya producción favorece la independencia energética relativa.

Actores económicos privados Sobre la base de la s Estrategias y Planes Energéticos, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que junto a la inversión pública, tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.  Este será un factor  adicional que estimulará la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y de procedencia local y procesos productivos integrados.

Sociedad civil Una sociedad civil menos atomizada y con diversos niveles de protagonismo social, no solo sirve como público consumidor de recursos energéticos, sino también desarrolla su capacidad para generar estrategias participativas de ahorro energético y para ejercer presión e implementar formas de solidaridad económica.

 

Un escenario aberrante


Un escenario aberrante presupone la eventual ocurrencia de catástrofes naturales y/o accidentes energéticos mayores, o ambos eventos combinados, de manera de producir una crisis energética que pone en cuestionamiento los suministros energéticos fundamentales para la actividad económica, la vida cotidiana y la actividad institucional de la región.   Como consecuencia, la ocurrencia de este escenario dependerá de la calidad y pertinencia de los procesos de gestión energética y tecnológica, que permitan disminuir al máximo los riesgos de error humano, falla tecnológica, evento natural o accidente susceptible de afectar alguno de los eslabones del proceso de producción y/o suministro de energía para la región, dentro de un rango de tiempo determinado.


Actores Comportamientos más probables

Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, el Estado mantiene su rol subsidiario y deja en manos privadas las principales decisiones de inversión, y entrega al beneficio del capital externo o internacional los resultados de sus esfuerzos de investigación y desarrollo energético.  En este contexto y bajo esta lógica, los riesgos catastróficos seguramente han de ser asumidos por el Estado y por los consumidores.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.  En las condiciones de crisis energética, se tiende siempre a privatizar las ganancias y a socializar las pérdidas.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios de los recursos se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo  y gas natural, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole e intensidad.  Este será un factor  adicional que estimulará la inestabilidad internacional y podría acentuar las condiciones críticas.

Sociedad civil Una sociedad civil atomizada y con bajo nivel de protagonismo social solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios.  En estas condiciones, y en un escenario aberrante de crisis energética, la sociedad civil ha de plegarse al principio de privatizar las ganancias y a socializar los daños y las pérdidas.

 

EL FUTURO DE LAS LEYES DE EXCEPCION PARA MAGALLANES - ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA

PRESENTACION 


Este documento contiene una propuesta de análisis y de perfeccionamiento de las Leyes de Excepción de la región de Magallanes, en el marco del actual debate público sobre este tópico relevante de nuestro desarrollo actual y futuro. 

Manuel Luis Rodríguez U. 

Punta Arenas – Magallanes, mayo-junio de 2006.        

 

PREMISAS PARA UN ANALISIS CRITICO  


Al inicio del régimen militar en 1973, cuando la sociedad chilena y magallánica resultaban golpeadas por la más grande y brutal operación de copamiento militar del Estado en todo el siglo XX, significó también  que se puso término a un modelo de desarrollo de sustitución de importaciones e industrialización que se había implementado desde los Gobiernos del Frente Popular a fines de los años 30. Aun dentro de aquel modelo de desarrollo, Magallanes (la única zona productora de petróleo en Chile en aquellos años) recibió siempre un tratamiento especial dadas sus condiciones de aislamiento y lejanía de los centros principales del Estado y del territorio nacional.   A partir de 1960 se estableció un sistema de Puerto Libre el que estuvo vigente hasta 1973.   Pero, podemos preguntarnos de un modo crítico ¿quiénes se beneficiaron realmente del Puerto Libre de Punta Arenas?   Pues, un grupo minoritario de comerciantes e importadores, mientras la gran masa de trabajadores, empleados y obreros del campo y la ciudad, técnicos y profesionales, siguieron siendo mano de obra mal pagada por la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego y otras empresas ganaderas y comerciales. Aun asi, este modelo de desarrollo significo para Magallanes un interesante proceso de evolucion y de industrialización primaria, sobre todo en materia de tratamiento de los hidrocarburos y de subproductos de la ganadería, dando forma incluso a un Barrio Industrial en el sector norte de Punta Arenas.   La puesta en marcha de una Corporación de Magallanes a partir de 1965 contribuyó además a regionalizar la administración y el uso de los recursos presupuestarios que el Estado chileno destinaba a Magallanes.  

El Estado cumplio entonces a lo largo de mas de treinta años, un rol determinante: construyo aeropuertos, calles, poblaciones, sistemas de alcantarillado, puertos, caminos, puentes, obras viales en general, instaló la red de gas natural urbana, puso en marcha industrias, hasta el punto que al momento del golpe militar de 1973, la CORMAG gestionaba 72 proyectos industriales para todo Magallanes. A partir de 1973, el modelo de desarrollo para esta región volvió a dar énfasis a los actores privados y ese es el modelo que ha seguido vigente hasta el presente.  

Dos medidas esenciales se adoptaron en los inicios de la dictadura: la creación de la Zona Franca (1976) y el establecimiento de un conjunto de leyes de excepción que financien y estimulen la inversión privada nacional o extranjera en Magallanes.  


Un balance desmedrado desde nuestra condición de territorio aislado y extremo 


Actualmente, la región de Magallanes tiene una superficie de 132.297,2 km2, representando el 17.5% de la superficie del país. La población regional es de 150.826 habitantes, equivalente al 1.0% de la población nacional y su densidad alcanza a 1.1 hab/km2. El crecimiento de la población en el período intercensal fue de 5,3%, en diez años, el más bajo crecimiento poblacional del país. La población rural es de 11.157 personas, representando el 7.4% de la población total regional.

La región de Magallanes está dividida administrativamente en 4 provincias y 10 comunas.Resulta evidente que el accionar del Estado chileno en los territorios aislados y extremos como Magallanes no ha logrado resultados similares a los obtenidos en el resto del país.  Estos territorios especiales se caracterizan por estar geográficamente aislados, tener bajo nivel de accesibilidad, contar con una población escasa y altamente dispersa y presentar baja presencia y cobertura de servicios públicos. Igualmente, se encuentran en una situación de desigualdad en comparación con el resto del país.

Mientras más aislados están los territorios, mayor desequilibrio se produce, existiendo mayor cantidad de territorios en situación de aislamiento crítico mientras más extremas son las regiones ([1]). Hay evidencia empírica y científica que demuestra que los problemas de conectividad amplifican el aislamiento de las  zonas extremas y que los instrumentos de desarrollo vigentes no responden a la realidad enunciada ([2]).El interés por los territorios aislados surge de la constatación de que determinadas condiciones físicas, junto con las formas o modalidades de asentamiento de nuestro territorio nacional, han originado un desarrollo diferenciado y asimétrico de estos espacios (regiones y/o zonas al interior de estas mismas), especialmente en las regiones extremas.De acuerdo al estudio “Integración de Territorios Aislados” se ha identificado a los territorios aislados del país utilizando como unidad básica de análisis la comuna, por la disponibilidad de información y porque representa, desde el punto de vista de la gestión pública, una unidad operativa de trabajo, de análisis y de implementación de políticas, programas y proyectos.En la definición de zona extrema o “territorio especial”, se consideran a lo menos tres criterios. Uno geográfico, como aquellos territorios habitados que por su geografía particular se sitúan en la periferia, en relación a sus respectivas cabeceras regionales y provinciales.

A lo anterior se agrega un segundo criterio: el político, relativo a la existencia de un Estado históricamente centralizado y concentrado a nivel nacional, tradición que ha influido para que en la actualidad podamos referirnos a la existencia de territorios aislados y desconectadas del desarrollo nacional y de sus beneficios. El tercer criterio es económico, al considerar que los mecanismos de mercado no alcanzan a estimular la prosperidad material de estas zonas aisladas, resultando territorios que se encuentran rezagados respecto al desarrollo del país y de su región, y con una población con un deficiente nivel integración nacional. Todo lo cual hace pensar que es un deber primordial y una responsabilidad geopolítica del Estado desplegar mecanismos de atención específicos profundizando su rol subsidiario para la atención de los habitantes de estos territorios especiales.

Podemos sintetizar este balance del desarrollo de Magallanes durante la vigencia de estas leyes de excepción, en los siguientes conceptos generales. En primer lugar, todas las cifras indican que Magallanes es la región que menos crece en Chile, desde hace más de 40 años. En segundo lugar y también en un período similar, ocurre que ésta es la única región en la que disminuyó el producto por persona, es decir, lo que en promedio aporta cada individuo al producto total de la región. En cambio, en todas las demás regiones de Chile, este indicador creció.  Y en tercer lugar y sólo haciendo referencia a los tres hitos más relevantes, si se analiza la composición sectorial del Producto Interno Bruto regional y se le compara con el del país, se comprueban algunas diferencias flagrantes, a saber, que los sectores de la minería y de la industria manufacturera representaban en 1997 el 25% en Chile, comparable con 46% en Magallanes; y en el mismo año, la Administración Pública representaba 50% más en Magallanes que en el país, como aporte al Producto Interno Bruto. Podría agregarse que en los recientes treinta años, la región está experimentando un lento proceso de envejecimiento de su población y, al mismo tiempo, de lento y casi imperceptible despoblamiento de algunas de sus localidades rurales, en especial en Tierra del Fuego. 

Es decir, que las normas de excepción no han inducido un desarrollo y un poblamiento estable y productivo sino exactamente lo contrario: despoblamiento y desarrollo lento e insuficiente. ¿Qué conclusiones podemos desprender de estos datos?  Que existen serios problemas estructurales en la economía regional, los que se han mantenido sin mayores variaciones durante muchísimo tiempo y que explican la baja tasa de crecimiento económico y el empobrecimiento relativo de la calidad de su capital humano.  El nudo problemático principal es la escasa diversificación de la estructura productiva regional.

Así, mientras la economía nacional se diversificó fuertemente desde los años 60 y 70 en adelante, orientándose hacia la exportación, acompañado con un intenso fortalecimiento de la importancia de las empresas pequeñas y medianas (y también las microempresas), la economía de Magallanes continuó dependiendo del dinamismo productivo de unas pocas grandes empresas (ENAP, el carbón y desde 1988 de Methanex).  La dificultad mayor que genera esta estructura productiva regional altamente concentrada, es que estas grandes empresas producen materias primas o recursos naturales cuyos fluctuantes precios no dependen de nosotros (sino de mercados internacionales fuera de nuestro control), lo que hace muy vulnerable a la economía regional de eventuales y frecuentes shocks externos. 

Además, la mayor parte del ingreso que generan estas grandes y pocas empresas sale de la región y además, y esto es altamente perjudicial, se trata de empresas que ofrecen proporcionalmente muy poco empleo.  


Una Zona Franca para unos pocos y una Ley Navarino onerosa a futuro  


Veamos ahora el caso de la Zona Franca.   Hoy, tenemos derecho a preguntarnos si la implantación de una serie de normas de excepción destinadas a estimular el desarrollo de Magallanes, fue una decisión motivada precisamente para favorecer el bienestar de todos sus habitantes o si en definitiva, no fue sino una decisión económica y financiera, dirigida a reforzar y apuntalar a las empresas y a los empresarios.    El balance económico e histórico de la Zona Franca no puede ser mas elocuente en este sentido: todos los pocos comerciantes que hoy están instalados en Zona Franca, muchos de los cuales comenzaron con el sistema desde sus inicios hace treinta años atrás (en algunos casos como pequeños o medianos empresarios familiares), son hoy grandes comerciantes, algunos de ellos con poderosas ramificaciones empresariales en el resto de Chile (Santiago, Iquique) y en el exterior; no hay Pymes en la Zona Franca de Punta Arenas!, de donde se desprende que la Zona Franca es –a escala micro- un flagrante reflejo de la estructura económica chilena altamente vertical, concentrada y desigual.   


El balance económico global de la Zona Franca de Punta Arenas no podría hacerse solamente sobre la base de las utilidades de las empresas allí instaladas, porque las cifras podrían ser astronómicas a lo largo de 30 años: debe considerarse además, el impacto que dicho sistema ha ocasionado en la estructura empresarial de la región. ¿Y para los usuarios, clientes o compradores de Magallanes el beneficio ha sido solamente el acceso a productos importados?   Ahora bien ¿el sistema de Zona Franca les garantiza hoy a los usuarios magallánicos que los productos que compran en Zona Franca son más baratos o tienen igual precio que en Rio Gallegos, Santiago o en la Zona Franca de Iquique?  Y la gran pregunta que ninguno se atreve a responder: ¿cuáles son los márgenes de utilidades con que operan los empresarios en la Zona Franca de Punta Arenas? Cuando la dictadura dio forma al sistema de Zona Franca en Magallanes, lo presentó como el punto de partida de un desarrollo industrial y comercial para la ciudad de Punta Arenas y para la región de Magallanes. 

A lo largo del tiempo hemos visto sin embargo, una Zona Franca convertida en un mero conjunto de locales comerciales, que venden prácticamente los mismos productos, no se creó ninguna industria e incluso los administradores actuales del sistema se niegan a extender los supuestos beneficios de la Zona Franca a Puerto Natales u otras áreas geográficas pobladas de Magallanes.  

¿Si la Zona Franca ha sido tan beneficiosa, porqué no se crean entonces –también por ley- Almacenes Francos en Puerto Natales, Porvenir y Williams, o se crea una Zona Franca Industrial y Turística en Ultima Esperanza, como lo han venido demandando infructuosamente sus actores sociales y económicos más relevantes?  

¿O la Zona Franca de Punta Arenas también está llamada a seguir consagrando económicamente el centralismo de la capital regional Punta Arenas, del que se quejan los habitantes de las demás provincias y comunas rurales de la región? Hay que reconocer que actualmente operan sobre Magallanes  8 instrumentos de excepción, que comprenden a la vez, incentivos a empresas privadas que se instalen en el territorio regional y asignaciones preferenciales de transferencia y programas públicos. 


Pero, no deja de llamar la atención que esta batería de normas que vienen operando desde las décadas de 1970 y de 1980, orienta y direcciona recursos financieros y tributarios principalmente hacia el empresario, hacia las empresas, de manera que la fuerza de trabajo no es más que un factor secundario, un mero receptor indirecto y pasivo en la operatoria de estos beneficios, en circunstancias que no podemos dejar de considerarlo como el factor fundamental de creación de riqueza en una economía moderna.   

Ahora, tampoco se ha puesto de relieve que estas leyes de excepción, en la forma cómo han sido concebidas, orientan y direccionan recursos del Estado hacia los empresarios, y como los recursos presupuestarios del Estado son los recursos que se forman con los impuestos que cancelan todos los habitantes del país, resulta entonces la poco digna paradoja de que los mismos habitantes les estamos entregando a los empresarios, vía el Estado, recursos financieros públicos para su beneficio empresarial privado. 

¿Qué mejor manera de hacer funcionar un Estado “subsidiario”, es decir, un Estado que subsidia a los empresarios, con los impuestos de todos los que trabajamos?   ¡Y más encima esas empresas subsidiadas pagan sueldos miserables!

Los beneficios que otorgan estas normas son créditos tributarios y bonificación a la inversión, subsidios a la contratación de mano de obra, concesiones onerosas sobre bienes fiscales, exenciones tributarias para un sector del comercio como es la Zona Franca, beneficios en forma de becas de traslado y manutención para estudiantes de escasos recursos y regímenes preferenciales para ciertos territorios aislados dentro de la región. Y en el caso de la Ley Navarino, observamos que los resultados que ha tenido esa ley en la región son fuertemente paradójicos. Según datos del Ministerio de Hacienda, desde 1999 al 2004 se generaron inversiones por alrededor de US$25 millones y se habrían creado unos 1.200 empleos, es decir, menos del 2% del empleo regional total. Ahora, ¿cuánto le costó al Estado financiar esos puestos de trabajo, sin siquiera considerar si efectivamente se crearon?   

Nada menos que 37,5 millones de dólares. Y esto, sin contar con que algunos de los productos llamados ‘regionales’ que subsidia la ley, son simplemente impresentables como tales.


Constatamos por otra parte, que el Fondema, Fondo para el Desarrollo de Magallanes, es potencialmente un medio particularmente adecuado para poder implementar políticas efectivamente regionales, que no funcionen como meras extensiones de las agendas ministeriales centrales y que aborden regional y localmente los desafíos propios del desarrollo de la región. El sentido esencial del Fondema es estimular el desarrollo de la región, atendiendo sus peculiaridades geográficas, culturales y económicas, sin olvidar que el objetivo último y primordial de la gestión pública es el bienestar de la gente. En cambio, históricamente, el Fondema se ha utilizado para rellenar los vacíos o déficits de los presupuestos sectoriales, por la carencia de una visión estratégica de región, pero esto puede solucionarse. 


El contexto político e ideológico del actual debate  


Poco se ha subrayado en el actual debate público sobre las leyes de excepción, que este cuestionamiento sobre la normativa existente proviene de una decisión adoptada por el Gobierno de Ricardo Lagos de adquirir un estudio al Banco Mundial, acicateado por el Fondo Monetario Internacional y sus propuestas de política económica neoliberal.  

¿Y qué propone el dogma del FMI en materia de leyes de excepción y exenciones tributarias?   Que todas estas leyes constituyen trabas legales y estatales que distorsionan la libre competencia en los mercados, que hacen mas ineficiente a la economía y que debe tenderse a  universalizar en todo el país y en todas sus regiones, reglas comunes que garanticen el libre juego de la oferta y la demanda. 

 Desde la perspectiva neoliberal hoy predominante en Chile, en el Gobierno y en el Estado, se asume como dogma intocable que en un sistema de economía de mercado, la función subsidiaria del Estado es definir reglas del juego generales para todos los participantes del mercado y que cada uno opere conforme a su fuerza, sus medios y sus intereses, y que, sin embargo, hay sectores y áreas geográficas que presentan perturbaciones funcionales serias en el proceso de mercado y competencia, por lo que se hace necesario la intervención “correctora” del Estado, pero que esa intervención del Estado debe tender a disminuir sino a desaparecer. En otras palabras, los ideólogos del libre mercado capitalista en Chile (algunos de los cuales se acuartelan en la SOFOFA) conciben que estas leyes de excepción perjudican a la libre competencia en esta economía, por lo que presionan por su derogación. 

Algo parecido a lo que hicieron desde Santiago en las primeras décadas del siglo XX, cuando consiguieron la implantación de la Aduana en Magallanes, poniendo término a casi treinta años de liberación impositiva de este territorio. 


¿Porqué leyes de excepción para Magallanes? 


Magallanes requiere de normas que estimulen su desarrollo tanto en razón de su posición geográfica de zona extrema y aislada del resto del territorio nacional, como porque esta misma distancia geográfica y esta misma excentricidad respecto de los grandes centros económicos de suministro, determinan condiciones de mayor exigencia y de costos más elevados para el transporte.  Distancias, accesos y costos son los tres factores cruciales que colocan a Magallanes y a su economía en una posición desventajosa para competir, para abastecerse, para importar o exportar, para comunicarse con el resto del mundo. 

Además, la región de Magallanes se caracteriza por una condición de debilidad demográfica, por lo que su desarrollo productivo debe además considerar los elementos de poblamiento suficientes, para evitar que se continúe produciendo una migración campo-ciudad que está despoblando gradualmente los espacios rurales de Magallanes. La chilenidad se realiza en Magallanes y en la Patagonia bajo condiciones geográficas y climáticas distintas y difíciles, que deben compensarse con una mayor inversión pública y con una descentralización y regionalización efectivas. Resulta evidente que las leyes de excepción en discusión pueden ser presentadas y defendidas como bien intencionadas, pero no cabe duda que han tenido una muy escasa eficiencia e impacto social.  

Compartimos el concepto planteado por el economista José Vera Giusti recientemente en la prensa local, que afirma que “toda la experiencia acumulada en el mundo indica que, más que mantener leyes especiales o de excepción, que crean situaciones artificiales, no sostenibles en el tiempo, lo sensato y responsable por parte de las autoridades y las comunidades es encontrar mecanismos de estímulo y potenciación para desarrollar actividades en que sí tengan ventajas competitivas”.  


ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA  


El concepto básico que puede articular nuestra propuesta, es la noción de la mantención de las actuales normas legales de excepción, aunque reformuladas en un solo cuerpo legal denominado Estatuto para Magallanes, que integre normas que apunten a  estimular la inversión privada a corto, mediano y largo plazo, a partir de los lineamientos señalados por la Estrategia de Desarrollo Regional para Magallanes, y que contribuyan a promover la radicación estable y permanente de unidades productivas nacionales o extranjeras, de manera que generen empleos estables y procesos de producción de valor agregado a partir de los recursos naturales y del capital humano de la región de Magallanes.

Al mismo tiempo, esta normativa debe generar una batería estable de exenciones tributarias que premien la innovación, la contratación de mano de obra regional, la incorporación tecnológica, la creatividad y el respeto a las normas de protección del medio ambiente. Entendemos también que la generación de subsidios a la contratación de la mano de obra, debe realizarse en términos tales que el beneficio otorgado por el Estado sea distribuido en partes proporcionales de manera que se beneficie prioritariamente el trabajador y no solamente el empresario.


Proponemos en consecuencia: a)      que las leyes de excepción para Magallanes actualmente existentes sean mantenidas en términos de montos globales asignados;b)      que las leyes de excepción sean integradas y racionalizadas jurídicamente en un texto legal único denominado “Estatuto para Magallanes”;c)       que la dictación de este Estatuto para Magallanes, permita que su administración sea regional a través de una Corporación para el Desarrollo de Magallanes, entendido como el ente de derecho público regional encargado de promover el desarrollo regional así como de administrar y controlar la aplicación de las normas de dicho estatuto, sin perjuicio de las facultades fiscalizadoras de Impuestos Internos;d)      que las normas de excepción antes señaladas e integradas en el Estatuto para Magallanes, se vinculen a la aplicación de una Estrategia de Desarrollo Regional de carácter indicativo y normativo;e)      que los beneficios financieros que otorgan las actuales leyes de excepción incluyendo la bonificación a la mano de obra se distribuyan en términos tales que el trabajador efectivamente contratado reciba directamente el 60% del beneficio en su remuneración mensual, el empresario el 30% de éste y un 10% que el Estado integrará directamente en la cuenta de seguro de cesantía del trabajador; yf)       que los beneficios tributarios a que se hagan acreedores los empresarios tengan como requisitos previos  para su otorgamiento, el cumplimiento de las normas laborales y ambientales dentro de los respectivos procesos productivos. 

 

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[1] SUBDERE & Inst. Geografía PUC,1999.

[2] SUBDERE & Instituto de Geografía PUC, 1999; SUBDERE, 2002; PNUD, 2004, Banco Mundial, 2004.

 

DESADAPTADOS, EXCLUIDOS Y VANDALOS: INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL NEOLUMPEN

PROLOGO 

 

Los medios de comunicación nos golpean cada cierto tiempo, y sobre todo, en ocasiones de grandes manifestaciones sociales, con las impactantes imagenes de grupos de jóvenes y adultos-jóvenes que se despliegan por los centros urbanos destruyendo, arrasando, incendiando, saqueando.   Son nuestros vándalos, pseudo terroristas de poca monta, nuestros populares "encapuchados".   Existen pero nadie los conoce.  Actúan pero nadie sabría nombrarlos.  Son, pero nadie sabe quiénes son.  Premunidos de su marginalidad inobjetable, de su silencio enmascarado, de su voz con sonido a piedras y a materiales duros, estos seres desheredados, escarnecidos, despreciados, insultados y vueltos a marginar, solo aparecen cada cierto tiempo, para recordarnos que existen, aunque nadie quiera reconocerlos, para recordarnos violentamente que esta sociedad es la más poderosa y eficaz fábrica de marginados.  

En las retóricas comunicacionales dominantes, no solo parece que hemos llegado a empobrecer al lumpen, sino que sobre todo, se ha logrado lumpenizar la pobreza.

Pero, ¿quiénes son en realidad estas bandas de individuos que tanta conmoción provocan en nuestra actualidad noticiosa?  ¿Qué significados podemos extraer de estas conductas sociales que tanto nos impactan cada vez que aparecen?  ¿Cuáles son los fenómenos de fondo que nos permiten explicar estas realidades?

Este ensayo intenta buscar algunas claves de análisis y explicación, que nos permitan dar cuenta de un fenómeno social y cultural en sí complejo, con efectos sobre el escenario político.

 

Manuel Luis Rodríguez U.

 Punta Arenas - Magallanes, junio de 2006.

 

LAS PROBLEMATICAS DEL VANDALISMO

 

Por cierto que lo primero que debemos evitar a la hora de intentar comprender estos fenómenos intersticiales de la realidad social, es la de caricaturizar a sus individuos a la luz de lo que nos informan los medios, ni de satanizar a partir de los efectos de algunas de sus conductas sociales.  Nuestra tentativa aquí es la de promover una discusión intelectual y un análisis teórico-científico que permita comprender el fenómeno en sus diversas dimensiones, en sus causas estructurales y en sus manifestaciones coyunturales.

¿De qué estamos hablando?  ¿De violencia social contenida, de anomia social, de vandalismo sin explicaciones, de desadaptación ante los cambios que suscita la modernidad a la que vamos ingresando?   La respuesta se encuentra en alguna parte de los límites difusos entre estas diversas explicaciones. 

Nuestras Ciencias Sociales modernas se vanaglorian de poder explorar todos los aspectos de la realidad social y ofrecer explicaciones más o menos plausibles a los fenómenos que la componen. 

Una primera explicación sociológica de los fenómenos de vandalismo y violencia social, podríamos buscarla en su característica esencialmente urbana.  No obstante sus antepasados rurales (propios de las sociedades europeas feudales), los vandalismos a los que asistimos en el presente son fenómenos urbanos, en el sentido de que tienen lugar en ciertos espacios urbanos y responden a dinámicas geopolíticas y geoeconómicas propias de la ciudad, de la gran ciudad, de la gran urbe.   La ciudad, como entidad territorial, se construye sobre la base de segregaciones, de segmentaciones espaciales que tienen además un contenido social y socio-cultural.   La ciudad moderna, no es un poblamiento homogéneo en la forma de una ocupación-apropiación humana sin correlatos socio-culturales y políticos.  Los individuos que la pueblan, son individuos social, económica y culturalmente situados.

Y al interior de la ciudad, los espacios son producidos, percibidos, representados y vividos y cada individuo vive su espacio urbano a la medida de sus dimensiones, de su localización, de sus características y por lo tanto, podemos decir que cada habitante de la ciudad es un individuo espacio-socialmente situado y determinado: la percepción de la ciudad que tiene cada uno de sus habitantes es la visión que cada individuo tiene del conjunto urbano o citadino, a partir de su realidad territorial y barrial propia y particular.   Y es a partir de esa percepción que el individuo-habitante va a adquirir la propiedad (en el sentido mental de apropiación) o la otredad respecto de la ciudad donde habita.   Si el individuo siente suyos la ciudad o el barrio donde habita (porque los conoce y porque se siente partícipe de la construcción urbana), entonces sentirá su ciudad como propia y al sentirla propia la hará suya; he ahí una acepción distinta de propiedad, en el sentido de apropiación subjetiva y sentido de pertenencia a partir del espacio territorial urbano. 

Pero, ¿qué sucede cuando el individuo se siente excluído de la pertenencia urbana, de las pertenencias sociales y culturales, cuando percibe la ciudad y sobre todo el centro urbano como ajeno, como característico de la dominación de otros?   Las relaciones sociales, las interacciones, las formas de comunicación que el individuo despliega en su entorno, son tambien maneras cómo el individuo se relaciona con los demás en y sobre un territorio urbano determinado. 

Las "bandas de vandalos" constituyen una evocación histórica y ancestral típicamente europea, asociada subliminarmente a las hordas de bárbaros que invadieron el Imperio Romano en sus siglos finales. 

 

EL LUMPEN COMO FENOMENO POLITICO Y POLITIZABLE

 

El lumpen tiene una larga historia conceptual.  Ya en la Edad Media europea puede rastrearse la existencia de individuos que en las ciudades vivían de la rapiña, el crimen y el robo.  En Paris, por ejemplo, vivían en un barrio que era de difícil acceso para la policía del Rey: le llamaban "el patio de los milagros", porque era un milagro encontrar a alguien allí cuando se le buscaba, y que aparece descrito con trazos agudos en la obra "Nuestra Señora de Paris" de Victor Hugo.    Con la aparición y desarrollo del capitalismo, fueron millones de campesinos sin tierra (los siervos de la gleba) que no tenían otro recurso que emigar a las ciudades para subsistir.   Ahora, en un capitalismo basado en la competencia de todos contra todos y cuyo beneficio se incrementa con la cesantía de un sector de trabajadores, inevitablemente, una parte de la fuerza de trabajo iba quedando al margen del trabajo y de la circulación del dinero.   Sin dinero, sin trabajo, sin habitaciones seguras, sin alojamientos garantizados, sin futuro ni perspectivas, esos individuos desheredados iban engrosando las filas de los delincuentes y de los mendigos.

 Desde una perspectiva política el lumpen ha sido definido como el estamento delictual o que vive al borde del delito. La imagen que tenemos del "lumpen" es la de un desharrapado miserable, que vive en los extramuros o arrabales del orden civilizado o de la legalidad. A veces también se asemeja a la categoría con la de sub-proletariado, en cuyo caso el "lumpen" es simplemente el desempleado o el mal empleado, que lleva una vida miserable, no tanto al borde del delito, sino al borde del hambre.

El primero que trae a la literatura sociológica el concepto de lumpen es Karl Marx.  En el Manifiesto Comunista de 1848, lo define como "es producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la vieja sociedad..."  A continuación, en la obra "Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850" los define como "elementos desclasados". Y en "El 18 Brumario de Luis Bonaparte" Marx la califica de que reconoce "...esta hez, desecho y escoria de todas las clases..."   En síntesis, la visión clásica del marxismo no puede ser menos negativa y crítica frente al fenómeno del lumpen. 

Creo que es preciso retornar sobre la definición original de Marx: ¿Cómo podría caracterizar a Bonaparte y a sus seguidores como "lumpen" y sostener plausiblemente que se trataba de meros hampones cuando evidentemente no se trata de tales? El propio Marx es explícito al respecto. Tratando de sintetizar su descripción del "lumpen", parece, en realidad referirse, a todos aquellos elementos marginales y marginados de todas las clases sociales, o si se quiere a todos aquellos elementos que son incapaces de alcanzar una inserción "regularizada" en las diferentes esferas de la reproducción social. Se trata de lo que también podríamos llamar el "aventurero" social, que incluye a niños bien juerguistas, ex policias desocupados y resentidos, herederos fracasados, empresarios parasitarios, obreros crónicamente cesantes o desplazados y que ya no forman parte del mundo proletario y de la cultura trabajadora, delincuentes (también ellos por cierto), guardaespaldas, ese elemento pequeño burgués en crisis que alimentó las filas de las guardias fascistas y que está siempre disponible para todas las formas de "escuadrismo", guardiablanquismo" o sicariato, estudiantes sin futuro claro, profesionales sin perspectivas o excéntricos profesionales, profetas sin audiencia, predicadores en el desierto, familias con aspiraciones y sin recursos, aristócratas arruinados, literatos decadentes o bohemios flotantes.

En suma, se trata de sectores que padecen de dos síndromes combinados: del carácter parasítico de su reproducción como sujetos sociales, y la alienación, frustración derivada de la inconsistencia entre aspiraciones internalizadas y medios institucionalizados de logro diría un sociólogo al estilo de Gino Germani frente a este carácter parasitario que se le atribuye.

El lumpen , es pues, el arquetipo del aventurero "flotante", y por tanto la antípoda del burgués o del aristócrata (u oligarca). Puede provenir o estar vinculado a casi cualquier clase social, puede apoyarse en cualquier combinación de elementos desplazados de cualquier clase social, o en clases sociales o grupos étnicos, puede ser de cuello y corbata o puede parecerse a la imagen estereotipada del hampón desgreñado. Más normalmente, sin embargo, no es su aspecto o su estatus lo decisivo, sino su manera de insertarse en los mundos de la reproducción social: el "lumpen" es la impredictibilidad, el ser humano que ha sido desgajado de las formas rutinarias de convertirse en alguien, o cuyas formas rutinarias "al alcance de la mano" de poder convertirse en alguien se hallan profunda y dramáticamente seccionadas de los sueños que pudo aprender a soñar a su debido tiempo. Es por ello que Bonaparte y sus adláteres pueden ser considerados como "aventureros" políticos, sin por ello, dejar de ser sociológicamente "lumpen". Por cierto que la "aventura" política se traduce, eventualmente en una "aventura" social, en un camino hacia el logro de otros objetivos enfocados hacía la conquista de las "cosas buenas de la vida", que, en una sociedad fuertemente estamental, implica el anclaje en los mundos excluyentes y exclusivos que monopolizan estos "bienes" y que permiten un acceso rutinizado a cuotas relevantes de ellos.

Cabe ahora definir el modo de acción del "lumpen" en política: de acuerdo a la obra de Marx, un breve esbozo de la metodología política del "lumpen" requeriría mostrar que este puede tomarse el poder por sorpresa o por medio de acciones combinadas de audacia y fortuna maquiavélicas u oportunistas. En cierta forma, el "lumpen" puede ser considerado políticamente como una suerte de anacronismo en el seno de sociedades que se modernizan, pero surgen precisamente durante los prolongados procesos de transición a la modernidad, donde ponen de relieve el profundo desajuste de sectores sociales e individuos que van quedando al margen de sus beneficios, accesos y expectativas.  En otros términos, dos conceptos claves para entender este fenómeno son la dualidad "modernidad-marginalidad". 

Los grupos de jóvenes que asaltan nuestras calles y nuestros espacios territoriales del centro de las ciudades modernas, son probablemente grupos de jóvenes que no se sienten integrados dentro de la modernidad, precisamente porque esta modernidad los mantiene excluídos y marginados.

 

(Ensayo en construcción)

MICROCOSMOS

 

 

En aquel tiempo, cuando las grandes potencias mundiales y la potencia imperial habían terminado sus atroces y prolongados conflictos por el dominio del Sistema-Planeta, la más gigantesca reserva natural de agua, minerales, energía y recursos alimenticios aún inexplotados continuaba siendo el contimnente desconocido sobre el cual ningun Estado deseaba volcarse por temor a terminar de quebrar definitivamente el eco-sistema planetario.  La Antártica, en aquellos aciagos días del pasado-futuro era todavía la última esperanza para la naturaleza terrestre y humana. 

Por eso y en medio de ese caos incomprensible, un número considerable de científicos -antropólogos, geólogos, biólogos, psicólogos, sociólogos...- decidieron emigrar de aquellos países embarcados en guerras y sumidos en la contaminación y tomaron una valiente decisión sobre sus vidas y sobre el destino de la Humanidad: decidieron reunir sus recursos, sus conocimientos y sus habilidades constructivas y crearon una comunidad humana y científica en un punto elegido de la Antártica.

Así nació MICROCOSMOS, una notable e insólita ciudad antártica, que lleva más de medio siglo de existencia y que se presenta construída sobre pilotes metálicos y de cemento y bajo un conjunto de domos en flexit transparente.   Les escribo a todos ustedes que leerán este relato, en los inicios del siglo XXIII, y me alegro de pensar que queda todavía en la humanidad, un profundo trasfondo de respeto por el ser y por su futuro, no importa que rezagado en las gélidas planicies y montañas del último continente de la tierra.

Vista desde larga distancia o desde el avión MICROCOSMOS se asemeja a una colonia de esferas semisumergidas en el hielo y unidas entre sí por pasillos, dando al conjunto un particular aspecto futurista por aquellas enormes estructuras redondas de plástico y acero.   Algunas antenas circulares apuntadas hacia el firmamento claro y fuertemente azul nos indican que MICROCOSMOS es una moderna, compleja y sofisticada instalación humana vinculada por vía satélite con el resto del planeta, pero también nos hacen pensar que es esta pequeña localidad, en sí misma, un pequeño planeta en miniatura que reúne en su interior algunos de los cerebros más privilegados de la inteligencia humana y del saber.

De hecho, el Consejo de Gobierno de MICROCOSMOS adquirió hace 32 años su propio satélite geoestacionario y acordó un acceso ilimitado y permanente a la red de 28 satélites científicos que giran actualmente alrededor del planeta, con lo cual esta comunidad científica puede considerarse como un punto estrechamente relacionado con el resto de la Humanidad.

El ingreso a la membrecía de MICROCOSMOS puede ser  virtual o material.  Por cierto que el acceso a la membrecía virtual depende de una serie de requisitos de excelencia académica, pero la llamada membrecía real o material, supone la decisión de un cientifico, individualmente considerado o de su familia, de radicarse en forma estable y contínua por lo menos diez años dentro de la comunidad.   MICROCOSMOS  tiene hoy una población de 2.649 habitantes, de los cuales 1.689 son científicos propiamente tales y el resto constituyen sus familias.  

Se han contabilizado en el más reciente censo, un total de 72 domos, todos ellos unidos por una red interconectada de pasillos en superficie y algunos subglaciares que unen a todas las edificaciones entre sí.  Los especialistas en Domótica Estructural -que son más de diez en MICROSOMOS- han concebido que la aldea antártica no tiene límites geográficos de crecimiento y de extensión, pero que la estructura semicircular y redonda metálico-plástica constituye la forma constructiva más apropiada para satisfacer los requerimientos del clima antártico, las necesidades de conservación del medio ambiente y hasta determinados criterios estéticos que garanticen una vida agradable, amable en su interior y para el conjunto de la comunidad. Cada domo está constituido por una estructura de aluminio endurecido en forma de malla y cerrada por paneles de plástico polietileno semi-transparente, de manera de permitir el paso de la luz natural y solar, pero impedir el paso de algunos de los perjudiciales rayos solares.

La vida en MICROSMOS no ocurre solamente dentro de la aldea.  Gran parte de la actividad científica exploratoria y experimental y de la vida social "microcósmica" sucede fuera de los domos y fuera de la localidad, en las vastas llanuras y formaciones montañosas de la península Palmer.

 

Espacios educativos y aulas

 

Tenemos derecho a preguntarnos por la vida educativa en esta ciudad del presente-futuro.  La administración de Microcosmos a principios del siglo XXII, ha decidido después de amplios debates y consensos que los dos lugares principales en donde tiene lugar el proceso educativo dentro de esta comunidad son el hogar familiar y el aula educativa.   El concepto imperante en la cultura educacional de MICROCOSMOS es que la educación no tiene un momento ni un lugar separado del resto de la vida del individuo, sino que es un proceso ininterrumpido en que el niño, el joven, el adulto y el anciano, participan consciente y responsablemente de su autoaprendizaje crítico en un contexto grupal y social en que toda la vida de la comunidad puede cumplir funciones educativas.   Los educadores no son solo los profesores, todos los integrantes de la comunidad -en cuanto científicos- pueden servir educacionalmente a quienes lo necesiten.

El intenso debate que se desarrolló en el año 2.241 acerca de si crear escuelas aparte del hogar familiar, refleja esta orientación.   Finalmente se decidió crear espacios educativos como formas abiertas de organización pedagógica descentralizada del proceso educativo.  

Como resultado de esta decisión estratégica, los padres de familia de cada alumno, disponen de a lo menos tres horas diarias de tiempo (que financia la comunidad económica y tecnológicamente) para que se ocupen en el hogar de la educación y del aprendizaje de sus hijos.  Las tres horas de educación doméstica son parte inseparable de la responsabilidad familiar y de la función educativa de la comunidad.   Generalmente, el tiempo de educación doméstica se dispone entre las 12.00 y las 15.00 horas de cada día, de manera que después del almuerzo familiar, los padres se ocupan con los niños y jóvenes de las tareas e investigaciones que tienen pendientes.

En el aula en cambio, la educación formal en la forma de la interacción personal del profesor con los alumnos hace que la transmisión de conocimientos y experiencias, de saberes y de métodos, se acompañe con la aplicación técnica y práctica de dichos saberes en los distintos talleres y domos que componen el espacio educativo de Microcosmos.  

Dentro de Microcosmos, hay 16 espacios educativos, que representan las viejas escuelas o liceos o universidades del siglo XX, pero que han sido profundamente transformados.   Un espacio educativo -aquí en Microcosmos- es un gran domo abierto donde las aulas de enseñanza se confunden con los laboratorios informáticos, con las pantallas de transmisión de data, con los espacios verdes donde se enseñan Ciencias de la Tierra y los talleres, donde todos los estudiantes -individual y grupalmente- interactúan con sus profesores, con los robots de enseñanza y con los terrenos de aplicación.   Se trata entonces de grandes domos organizados como una aldea educativa, donde toda la organización, los recursos materiales, la tecnología y los individuos educadores han sido dispuestos para producir una transmisión abierta de saberes.

El alumno cada día, conforme a un planning que se acuerda mensualmente entre los padres y la coordinación del espacio educativo, accede al aula que elige, según si sus intereses de hoy son la creación artística, o la investigación natural, o el conocimiento teórico, o la experimentación tecnológica.   Muy frecuentemente (en realidad una vez por semana), los padres del estudiante participan involucrados directamente también de una misma actividad educativa con sus hijos-estudiantes.

 

 (Relato en construcción)

MULTITUDES INTELIGENTES EN EL SIGLO XXI

 

PROLOGO 

 

El problema de la multitud como sujeto de la acción pública y de la práctica política, había sido un tópico al interior del estudio de las revoluciones, en las nacientes Ciencias Sociales del siglo XIX y principios del siglo XX.  Sin embargo, cuando  a fines del siglo XX surgió una Antropología de los No-Lugares y cuando Toni Negri puso de relieve en Multitudes que las masas desagregadas podían poner en tela de juicio los sistemas políticos tradicionales, tenemos que pueden construirse nuevas categorías de análisis para comprender los nuevos fenómenos societarios masivos; es la línea que ha seguido -entre otros- Howard Rheingold con sus "smart mobs". 

Históricamente, el sujeto multitudinario ha sido objeto de un tratamiento político e ideológico variado, desde la adhesión incondicional del marxismo clásico -y sus vertientes revolucionarias y anarquistas- que consideraban a las masas y en particular, a las masas proletarias como el arma política per se de las transformaciones sociales que iban a terminar con el capitalismo y el Estado burgúes, hasta el temor cervil de las ideologías conservadoras frente a esas turbas ignorantes y peligrosas compuestas de lumpen, pasando además, por el amor-odio que han expresado los nacionalismos y fascismos frente a las multitudes serviles y dóciles.   ¿Es posible nombrar hoy a las multitudes y en nuestro caso, a las multitudes inteligentes con la apelación de sujetos históricos entendidos como movimientos protagonistas de la resistencia y del cambio social?

En la época contemporánea, puede simplificarse la contradicción en términos de una hipótesis de trabajo según la cual toda forma de poder tiende a utilizar el recurso a la multitud ccomo arma socio-política y cultural de conquista de la dominación y hegemonía, hasta que dicha dominación se institucionaliza y deviene aparato de poder y de control, momento a partir del cual la multitud solo puede desempeñar un rol funcional al ejercicio del poder, una suerte de apoyo explícito necesario, pero cuando la multitud expresa la resistencia y la pone en juego, la multitud deviene un enemigo mortal y vandálico a evitar y destruir.

¿Estamos asistiendo en los inicios del siglo XXI a un renacimiento de las demandas sociales manifestadas masivamente frente a la aparente intangibilidad monolítica del sistema de dominación capitalista?   No podemos negar que la multitud sin embargo, es una realidad social que trasciende lo político, para extenderse como forma de expresión de la sociabilidad humana en dimensiones y arenas tan diversas como el deporte, la cultura, el entretenimiento, el ocio...

Este ensayo se interroga desde una perspectiva teórica de la Ciencia Política acerca de esta problemática, como una contribución intelectual al análisis de los sujetos y procesos sociales emergentes en el nuevo milenio que se abre.

 

Manuel Luis Rodríguez U.      Cientista Político.

Punta Arenas - Magallanes, junio de 2006.

 

LAS CIENCIAS SOCIALES FRENTE A LA MULTITUD

 

El nacimiento del Estado moderno estuvo acompañado por la aparición de su gran correlato: el número, la cantidad de población que puede ascender hasta el infinito.  Junto con la modernidad y el Estado como aparato central de dominación y poder, surgió la masa, el número casi incontable.  Desde el surgimiento de la política moderna, encontramos una variedad de discursos que intentan teorizar el lugar de las masas en la sociedad civil y política. A las teorías del siglo XIX dominadas por un temor más o menos abierto del número, les sucederán las del siglo XX que lo presentan a la inversa como el gran tema de la dominación. La valoración de esta inversión de la problemática puede ayudar a entender la evolución de la política moderna.

Incluso antes de la existencia del Estado moderno, la tradición intelectual europea conservaba y parece conservar aún en el presente un profundo reflejo inconsciente de temor ante la turba, ante la masa incontrolada, ante la muchedumbre inpredecible, probablemente como un resabio no reconocido de los ancestrales miedos a las invasiones bárbaras que asolaron el Imperio Romano.   En nuestra América, ese reflejo inconsciente vino acompañado en la conquista y la colonia con la retórica cristiana y católica que propiciaba el orden, la paz, la sumisión y el respeto a la autoridad y a dios.   Aun se conserva en la historiografía tradicional latinoamericana la idea que los "momentos multitudinarios" mas importantes de la vida colonial solo consistían en las procesiones religiosas, los parlamentos con los aborígenes para apaciguarlos, los autos de fe inquisitoriales para quemar herejes y brujas, y los pomposos recibimientos al nuevo Gobernador recién nombrado.  Es decir que en la colonización hispana de América, la multitud nació sometida, controlada y regulada.

¿Cómo entender el Estado como una unidad que va más allá que los individuos? Por ejemplo, Hans Kelsen parte de esta pregunta metodológica para mostrar los límites de una génesis psico-sociológica del Estado. En comparación con las tendencias «interaccionistas» de una sociología inspirada en Georges Simmel, la teoría de las multitudes (Sighele, Gustave Le Bon), según la profundiza después S. Freud, presenta ciertamente la ventaja de pensar la «unidad» de una colectividad sin caer en la figura de una conciencia supraindividual. Sin embargo, el Estado es una realidad distinta de la de la multitud, aun cuando, según Mc Dougall, se distinguen las «multitudes inorganizadas» de las «multitudes artificiales» que serían estables y no se identificarían con una unidad encarnada por el jefe. En realidad, el Estado solamente podría diferenciarse de los demás sistemas, como la religión o la Nación, gracias a sus supuestos contenidos espirituales. Se trata de un complejo teórico que deriva de una reflexión orientada hacia la validez normativa y no hacia la eficacia positiva. Esto supone una aproximación jurídica completamente opuesta a la aproximación sociológica de Durkheim.

A su vez, el uso de los simbolismos elementales por parte de los partidos políticos de masas es una característica de las formas modernas de la propaganda política. Estos símbolos (las tres flechas socialistas, la hoz y el martillo o la esvástica nazi) tienen por fin producir una suerte de reflejo pavloviano de identificación por parte de las masas, actuando sobre los mecanismos psíquicos elementales. A partir de allí, si se considera que la propaganda sólo se puede combatir con la propaganda y no con la argumentación, se ha propuesto la posibilidad de una propaganda racional basada precisamente en el conocimiento psíquico y en una gestión racional de los recursos de la comunicación política.

Una explicación temprana de las Ciencias Sociales respecto de la multitud es la llamada «teoría del contagio», cuyo origen se rastrea hasta los trabajos del sociólogo francés Gabriel Tarde, quien inició el uso de la idea de la «mente grupal», también explorado por el psicólogo social Gustave LeBon. Según LeBon, las multitudes ejercerían una influencia sobre sus miembros a través de la sugestión colectiva. Escudados en el anonimato de la multitud, las gentes abandonan la responsabilidad personal y se rinden al contagio de las emociones del grupo, el cual parece tomar vida propia, acelerando las emociones y conduciendo a los individuos en situación de masa a actos irracionales e incluso violentos. Sin embargo, según Gabriel Tarde, los líderes juegan un papel fundamental en la organización de las multitudes en «corporaciones», grupos más organizados como sectas, partidos políticos y otros. Así, tanto los grupos espontáneos como los institucionalizados tienen un vínculo con figuras carismáticas, líderes o ideas a los que se sigue más por emoción que por razonamiento.   Pero, en todas estas visiones, la lógica subyacente sería que la masa es un colectivo indeterminado cercano al caos, que en algún momento va a transformarse en partido, en movimiento, en organización, en definitiva, en aparato, lo que conduce a convertirla en un dispositivo controlable.

La mas reciente «teoría de la convergencia», en cambio, sugiere que el comportamiento de la multitud no nace en ella, sino que es imbuida en ella por individuos particulares. Así, el comportamiento de la masa es debido a que ella es la unión de gente con las mismas motivaciones, o sea, que gente que quiere hacer lo mismo se junta. Y la aun contemporánea «teoría de la norma emergente» de Ralph Turner y Lewis Killian afirma que en un grupo de intereses similares surgen comportamientos similares -como prender un encendedor en un concierto de rock o hacer la «ola»- cuando alguien hace algo, y los demás imitan, creando así la multitud sus propias reglas sobre la marcha, es decir, durante el ejercicio del movimiento.

La política de masas es un fenómeno político mayor de las sociedades occidentales modernas. Tradicionalmente, se considera que es una amenaza para los sistemas democráticos. Es posible mostrar que no sólo esta política no pone en cuestión fatalmente el funcionamiento de la democracia sino que por el contrario una teoría de las masas puede establecerse con el objetivo de definir las condiciones de una política de masas democrática.

 

LA PROBLEMATICA POLITICA Y SOCIOLOGICA DE LA MULTITUD 

 

La problemática de la multitud es a la vez, sociológica y política.  La Sociología hace apelación a la naturaleza extensiva y extensible de la sociabilidad efímera de las multitudes y muchedumbres, para entender sus dinámicas y repliegues, mientras la Ciencia Política se interroga acerca del impacto que  este fenómeno ocasiona en las esferas del poder, tanto desde el punto de vista del propio poder que una multitud contiene en sí misma, como del poder institucionalizado al que se enfrenta o con el que se relaciona.

Nos vemos en la necesidad de distinguir conceptualmente a la masa de la multitud.  Mientras la masa sería la realidad subjetiva de un aglomerado de sujetos anonimizados y movidos por una pulsión motivadora, en dirección a un objetivo visible, la multitud y en particular, las multitudes inteligentes serían la realidad objetiva de una red de individuos-consumidores-ciudadanos auto-activados por una razón convocante, en dirección a un objetivo no-visible. 

Y nos vemos en el imperativo de subrayar el surgimiento de una nueva categoría: las llamadas multitudes inteligentes.  La multitud inteligente es a la vez una realidad sociológica y comunicacional.  Se trataría de un enjambre diferenciado de individuos que se autoactivan en función de una razón que los mueve, pero, al mismo tiempo, es un cardúmen aparentemente caótico cuya racionalidad es básicamente individual y fronteriza con las lógicas del consumo, pero que presenta una interconexión virtual que la relaciona y la desplaza.

La multitud inteligente es a la vez, una realidad sociológica (dispersa y latente dentro del universo social) y comunicacional (abierta y conectada) y que puede asemejarse a un enjambre diferenciado de sujetos, cuya racionalidad individual los sitúa en la frontera difusa entre la ciudadanía y el público consumidor.  La latencia de la multitud reside en la posibilidad de reunirse según la intensidad convocante de los impulsos comunicacionales e informacionales que puede recibir como sugestiones-estímulos y que pueden (o no) cristalizar según el contexto y la atmósfera socio-política en que se incubaron los conflictos y las arenas.   El grupo, la familia extensa, la banda, residen dentro de una multitud inteligente, pero no en cuanto grupo aislado sino como una célula primaria de interconexión e interacción, susceptible de desencadenar sinergias, movilizaciones y dinámicas hacia el resto de una red invisible pero materializable en cualquier momento y en cualquier arena.  Así, el grupo no domina, impregna y se impregna del espíritu o la atmósfera multitudinaria y de la red...

Desde una perspectiva marxiana, la multitud inteligente puede ser considerada como un componente estratégico o táctico de las luchas, de la resistencia anti-sistema y de la construcción protagónica de la alternativa frente al sistema de dominación actual, en tanto en cuanto la movilización consciente y constructiva es capaz de diseñar, formular y problematizar un marco referencial político, social, cultural e ideológico en el que se incuban las nuevas formas de la sociabilidad humana del siglo XXI.  La multitud inteligente es aquí factor pensante y factor actuante, pero además, es un factor de poder multiclasista que se despliega en las luchas, en los movimientos, en las arenas, a partir de un propósito táctico que apunta hacia una voluntad estratégica: la construcción de una sociedad nueva.

C. Marx escribía en el Manifiesto Comunista de 1848: "Hasta ahora, todos los movimientos sociales habían sido movimientos desatados por una minoría o en interés de una minoría.  El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa.  El proletariado, la capa más baja y oprimida de la sociedad actual, no puede levantarse, incorporarse, sin hacer saltar, hecho añicos desde los cimientos hasta el remate, todo ese edificio que forma la sociedad oficial."   En los inicios del siglo XXI, ese movimiento autónomo y mayoritario susceptible de transformarse y transformar el desarrollo de la sociedad, pueden ser las multitudes inteligentes.

En la configuración de este nuevo modelo de lucha social, Toni Negri postula que se debe evitar la intermediación de una vanguardia que "tira del carro" (y que al final siempre adquiere privilegios) y la creación de dinámicas jerárquicas y burocráticas: "...los nuevos movimientos sociales, deben apostar por una militancia de la diferencia, organizada a modo de retícula descentralizada y en la que la toma de decisiones se hace de forma colectiva".  Hay por lo tanto en el contenido y la forma de estos nuevos actores socio-políticos una horizontalidad democrática y participativa que le da legitimidad al movimiento.

En la configuración de este nuevo modelo de lucha social, Toni Negri postula que se debe evitar la intermediación de una vanguardia que "tira del carro" (y que al final siempre adquiere privilegios) y la creación de dinámicas jerárquicas y burocráticas. "Los nuevos movimientos sociales, deben apostar por una militancia de la diferencia, organizada a modo de retícula descentralizada y en la que la toma de decisiones se hace de forma colectiva".

En un mundo actual en el que la principal fuente de producción de riquezas es el intelecto, la inteligencia deviene un producto capital y la nueva fuerza social que hereda la misión histórica del proletariado es una difusa y heterogénea "intelectualidad de masas" (una especie de "cognitariado") que Negri denomina multitud y que define como una "multiplicidad de singularidades individuales independientes, pero interconectadas en red". Esta noción de multitud, cuya energía surge de la confluencia de las singularidades individuales que la componen, supone una re-elaboración crítica del concepto clásico de clases, el que se opone tanto a la idea de pueblo -una supuesta unidad indivisible y natural- como a la de masa, en sí un todo indiferenciado en el que se diluyen  acríticamente las diferencias individuales.

A su vez, frente a la noción clásica de clase social -un concepto heredado de la primera Revolución Industrial europea- la idea de multitud de Negri se basa en el supuesto de que la mayor parte del esfuerzo-trabajo ya no depende de una acumulación de horas, como la jornada laboral fija; no es el fruto de una actividad mecánica, como sucedía con la producción en cadena; ni se circunscribe a un territorio único, autónomo y cerrado, en la forma de la clásica fábrica o la oficina, ámbito claramente diferenciado del espacio de ocio. Por esto Negri afirma: "...en la etapa actual del capitalismo el trabajo es fundamentalmente inmaterial, está ligado a la inteligencia y a los afectos y se caracteriza por una precariedad estructural: temporalidad, flexibilidad, adaptabilidad continua...".  (Artículo en portal web:  http://multitudes.samizdat.net)

Evidentemente, el componente masivo y transformador de la multitud como sujeto histórico del cambio, y de las multitudes inteligentes como protagonistas contemporáneos de la resistencia y la contestación anti-sistema, depende, como se analiza mas adelante de que esas multitudes sean portadores de un proyecto-país y de una consciencia transformadora capaz de plasmarse en nuevas estructuras de poder y de democracia.

Para la Ciencia Política tradicional, la multitud es un problema de poder, de liderazgo y de contestación frente a las estructuras institucionales.  La multitud podría ser analizada -desde una lectura politológica- como un componente coyuntural del escenario político-social que cristaliza en un momento del proceso político, en respuesta a determinadas decisiones o no-decisiones de las autoridades y como expresión y poder colectivo de ciertas demandas y aspiraciones vehiculizadas a través de ciertos liderazgos.   Sin embargo, las recientes experiencias de movimientos sociales en distintos lugares del mundo, están indicando que las categorías politológicas tradicionales como "liderazgo" y "poder" resultan insuficientes para dar cuenta de las nuevas multitudes, no solo porque los liderazgos parecen diluirse en la individualidad dominante, sino también porque se trata de un poder difuso que tiene una capacidad de cristalización y una organicidad horizontal que no responde a la lógica vertical de la relación masa-lider de los liderazgos weberianos, por ejemplo.  
 

 

NOTAS PARA UNA MICROSOCIOLOGIA DE LA MULTITUD INTELIGENTE 

 

Para entender la lógica que subyace a la multitud inteligente, necesitamos internarnos en su dinámica situacional.  Desde el punto de vista del individuo situado en multitud, hay una asociación entre los microprocesadores, el acceso generalizado a la red de internet y a las tecnologías móviles (SMS, teléfonos celulares, Palms, i-Pods, etc.) con soportes mediante objetos nómades.  Y es ésta nueva asociación "individuo-tecnología" la que podría estar en las bases de una nueva sociabilidad: la de individuos que se comunican sin estar presentes de uno hacia muchos y de muchos hacia muchos, y que interactúan sin conocerse.  

Al interior de la multitud inteligente el individuo no se desindividualiza; en realidad lo que sucede es que se vuelve a reindividualizar en la medida en que su individualidad es reconocida como constitutiva de lo colectivo en que se sumerge.  El individuo despliega su individualidad en la multitud a través de los objetos-nómades que lo relacionan y lo atan a ésta mientras funciona.

Y en el seno de la multitud, el rasgo más característico que permitiría explicar la sociabilidad difusa que allí tiene lugar, sería la noción de atmósfera identificatoria y propiciatoria, para referirse a un fenómeno de identificación instantánea anterior al momento multitudinario pero que cristaliza al interior de la multitud y que impulsaría comportamientos colectivos en sintonía con los intereses comunes de los individuos que la componen.   Los individuos se mueven "en una dirección" desde que hay en el horizonte un objetivo que los convoca, pero el horizonte y el objetivo son no-visibles, tal como la red que subyace al movimiento-desplazamiento de la multitud.

En la masa lo que hace al movimiento es el desplazamiento, mientras que en las multitudes inteligentes lo que hace al movimiento es el objetivo.   En la multitud inteligente, asistimos a una temporalidad común y a una espacialidad compartida.

Pero, además, la multitud inteligente viene a recordarnos que en su orígen más remoto, "lo público" se encuentra en la calle, en la plaza, en los espacios donde se encuentra el público.  Eso eran básicamente el "agora" y el "foro" en la Antiguedad.  Las multitudes inteligentes del presente y del futuro predecible nos retrotraen a la memoria que el primer lugar público, el primer espacio que constituye lo público, es la calle.

Pero, hay además otro rasgo característico de la multitud inteligente: mientras la masa "opera" como una ola en la superficie de los acontecimientos, la multitud inteligente del siglo XXI "opera como una corriente profunda.  Y esta metáfora (que no puede ser más chilena!) nos sugiere que mientras la masa se desplaza como un temblor social o político con réplicas decrecientes, la multitud inteligente se manifiesta como el desplazamiento de placas tectónicas.

 

MULTITUDES INTELIGENTES Y COMUNICACION 

 

La lógica y la hecto-estructura comunicacional de la multitud inteligente es la red: una malla de densidad diversa que conecta infinitos puntos a través de incontables líneas.  Aquí sin embargo, la malla, los puntos y las líneas suceden -al mismo tiempo- en el espacio cibernético, en el espacio territorial y en el espacio social y por lo tanto, se trata de una virtualidad instantánea y comunicante.  De aquí se deriva que la multitud inteligente no reside, no tiene territorio ni territorialidad: es, pero no está; existe, pero no ocupa.  Es un punto del tiempo y del espacio, pero se dispersa instantáneamente, para reaparecer en otro lugar o no-lugar (a la manera de Marc Augé), sin que cristalize de una vez para siempre en dominación física o territorial.  Este género de mulitudes vendría a cristalizar en instantes-lugares efímeros, fluídos, cambiantes y dispersos.

Como resultado de la emergencia de esta nueva forma de manifestación físico-comunicacional de la sociabilidad y de la contestación, la protesta, la "manifestación", el evento se manifiestan en la forma de dispositivos comunicacionales y retóricos, en estrategias de símbolos, en tácticas de significado, en políticas de apropiación de la imagen, en presencia efímera pero constante y repetitiva en los medios, a través de pulsiones instantáneas de aparición y desaparición, de concentración y dilución.  Esta multitud entonces no domina, cautiva.   Sobre todo, porque esas redes y esa comunicación, cada vez más inhalambricas, permiten separar la interacción de la comunicación, y la comunicación del conocimiento entre los individuos comunicantes: hoy cualquier internauta puede comunicarse e interlocutar con otro internauta, produciendo comunicación, pero sin conocerse.

Los códigos de la multitud inteligente son los de la comunicación instantánea, generando slangs y dialectos urbanos de infinita variedad, son aproximaciones lúdicas y desagregadas a un universo no visible de retóricas, significados e imágenes que pueden materializarse.

En las multitudes intelitgentes del siglo XXI, subyacen dos dinámicas potencialmente desestabilizadoras para el poder político tradicional: la deslocalización de la red que le da sustento, y la instantaneidad de la comunicación que la pone en movimiento.

Hay deslocalización como forma de existir de las multitudes inteligentes porque no obstante la corporeidad inevitable de los seres humanos que la componen e integran, pueden desplazarse en el territorio urbano, en "orden disperso" y producir una "concentración de fuerzas" instantáneo en un inesperado "centro de gravedad" espacio-temporal (utilizando la terminología clausewitziana...), pero que por su misma naturaleza fluida, puede diluirse al cabo de pocas horas o en instantes.   Tal una ágil bandada de miles de golondrinas desplazándose por la atmósfera, o un vasto cardumen de peces moviendose en la profundidad oceánica, la multitud inteligente del presente siglo cambia de trayectoria a cada instante, pero siempre manteniendo la mínima cohesión masiva y comunicacional necesaria y suficiente para que todos se muevan en distintas direcciones pero hacia un mismo objetivo, o en distintas direcciones y hacia distintos objetivos.  El desplazamiento de las multitudes inteligentes ocurre como consecuencia de efectos comunicacionales y psico-sociales, de modo que la geografía urbana es no solo un espacio de cuadras en damero y avenidas rectas, sino otra red física y espacial sobre la cual se desplaza la red física y espacial de la multitud, dispersándose o concentrándose, acelerando o retardando los tempos.

Rheingold dice al respecto: "Las tecnologías anteriores permitían a los usuarios comunicarse de uno a uno (los teléfonos) o de unos pocos a muchos (radioemsiroas y prensa escrita).  Los celulares y otros soportes como los blogs permiten ahora la comunicación de muchos hacia muchos.  Esto proporciona oportunidades y problemas para los activistas políticos en tres áreas claves: la obtención y la diseminación alternativa de noticias, la creación de esferas publicas virtuales donde los ciudadanos debaten los problemas que conciernen a la sociedad democrática y organizar la acción colectiva."  (Rheingold, H.: FROM THE SCREEN TO THE STREETS. 2003.  En portal web: www.inthesetimes.com)

Pero, además, hay instantaneidad en el modo de existir de estas multitudes.  La instantaneidad comunicacional es la otra dinámica  articuladora de los nuevos fenómenos masivos del siglo XXI: todo se transmite  a la velocidad instantánea del tiempo real y con la temporalidad del presente, acicateado por los efectos multiplicadores de las tecnologías en uso.  Si un correo electrónico puede ser enviado al mismo tiempo y en mismo  instante a 100 ó 200 destinatarios simultáneos, cada uno de esos 200 receptores pueden a su vez "clicar" en "reenviar" a otros 200 destinatarios nuevos, dando forma a una arborescencia interminable de miles de receptores por un solo mensaje.   Se trata entonces de una instantaneidad multiplicable exponencialmente: la multitud inteligente puede producir y reproducir comunicación ad-infinitum.

La comunicación instantánea y multiplicable en las nuevas multitudes inteligentes que emergen, derriban las barreras de los poderes institucionalizados, disuelven las fronteras entre lo público y lo privado, descolocan las estrategias e intereses en juego en las esferas de poder y dominación, trasladan poder a su propia movilidad disolvente y hacen volver a los ciudadanos, solos y conectados dentro de una realidad reticular efímera pero eficaz, la posibilidad de construir y ejercer formas de poder que les habían sido arrebatadas por la representación clásica.

En la comunicación de red que tiene lugar al interior de la red multitudinaria, se rompen a la vez, los bordes limítrofes entre la comunicación interpersonal y la comunicación masiva y tienden a disolverse los procesos de encodificación, interpretación y descodificación, asumidos por la comunicación política tradicional.   La multitud inteligente es susceptible de crear su propia agenda y superponerla a las agendas del poder sistémico.

La nueva multitud y el nuevo "individuo- sujeto- consumidor- ciudadano", se comunica interpersonalmente dentro de una red multitudinaria, porque está en ella pero sigue siendo él mismo.    En la encodificación de las nuevas formas de comunicación virtual del siglo XXI, intervienen elementos propios del sistema político, pero tambien elementos de la subjetividad individual, irrepetibles e incomprensibles para el sistema.  Así, el mensaje encodificado puede no cumplir con las reglas semánticas conocidas (porque puede estar significando que se están construyendo nuevas semánticas)  o con las exigencias formales del discurso político, pero su poderosa politicidad se expresa mediante códigos, símbolos y significados que trascienden las fronteras del discurso político y las desconocen, porque están dotadas de una carga de significados válidos y comprensibles para los individuos comunicantes, con lo que esta comunicación deslocalizada desempeña un rol de fortalecimiento de los sentidos de pertenencia.

 

VISIBILIDAD E INVISIBILIDAD

 

La multitud existe antes que se haga visible, solo que su visibilidad se nos aparece como sorprendente y equívoca.  Tanto se ha insistido en los medios y en la bibliografía política del peligro de la multitud, del anonimato de la muchedumbre, que existe un natural temor ancestral a la multitud desde la optica del poder y del ciudadano común.

La multitud existe en su invisibilidad, cuando las redes comunicacionales virtuales de hoy permiten que los individuos, los líderes, los grupos, las unidades celulares que integran la multitud, pueden interconectarse "en vivo y en directo" y desplazarse invariadamente por la geografía urbana en direcciones deseadas.

La visibilidad de la multitud y de las multitudes inteligentes del presente y el futuro previsible está en relación directa con su cristalización física en el lugar y el tiempo, del mismo modo como su invisibilidad da cuenta de la furtividad con que pueden desplazarse los individuos, a través de los límites, las delimitaciones, las fronteras, los controles, los check-points.

El individuo y la multitud es visible cuando desea hacerse visible, lo que nos habla de la racionalidad que puede gobernarla, asi también como de la capacidad no deliberada de la masa multitudinaria para acontecer en latencia.

 

MULTITUDES INTELIGENTES COMO ACTORES

 

¿Son las multitudes actores relevantes en la escena pública?  Primero interesa analizar la instrumentalidad de la multitud.  Desde una perspectiva realista, cabe notar que lo multitudinario es un factor implícito en las relaciones políticas y de poder, más bien es también una herramienta, un recurso, un arma política o socio-política de la que pueden valerse los actores cuando consideran pertinente y útil hacerlo en función de juegos de intereses contrapuestos.

La instrumentalidad de la masa tradicional sin embargo, se opone a la usabilidad de las multitudes inteligentes.  La multitud inteligente, en la medida en que está constituida por individuos cada vez más conscientes e informados, se aleja de la masa anónima cuya brutalidad había sido asemejada a la animalidad desencadenada.  

La multitud no es per se un factor constitutivo o desencadenante de cambio, sino en la medida en que la inteligencia comunicacional e ideológica de los individuos que la componen, es capaz de cristalizar e instalar una red activadora que se despliega resistiendo, desmantelando, desarticulando, jugando, haciendo happening, descolocando las estructuras-fuerzas de poder y dominación existentes evocando simbologías y significados asociados al saber y al hacer cotidianos, e instalando nuevos estilos de comunicación, de articulación socio-cultural y de hegemonía política.   Hay por lo tanto una potencialidad movilizadora, transformadora y revolucionadora en la multitud inteligente, en cuanto se escapa formal y virtualmente de los cánones tradicionales del comportamiento político incluso masivo, pero sobre todo, en cuanto los individuos que la componen son conscientes del cambio que son capaces de suscitar.

La flexibilidad y espontaneidad del despliegue del actor multitudinario en el territorio urbano se asemeja en este pasaje de Sun Tzu de su "Arte de la Guerra" a la elasticidad de un ejército en la batalla: "Ahora, un ejército puede ser semejante al agua, pues al igual que el agua que fluye evita las alturas y se dirige al llano, un ejército debe evitar la fuerza y atacar sobre la debilidad. Y al igual que el agua fluye y toma forma de acuerdo con el terreno, así un ejército se dirige a la victoria de acuerdo con la situación del enemigo. Igual que el agua no tiene una forma constante, no hay condiciones constantes en la guerra. Al que es capaz de conseguir la victoria modificando sus tácticas de acuerdo con la situación del enemigo, bien puede llamarsele divino.   De los cinco elementos (agua, fuego, metal, madera y tierra), ninguno predomina siempre; de las cuatro estaciones, ninguna dura para siempre; de los días, algunos son largos y otros cortos, y la luna crece y mengua. Esta es también la regla que rige en el empleo de tropas." (Sun-Tzu: EL ARTE DE LA GUERRA. Cap. VII.)

La acción colectiva opera entonces, desde las multitudes inteligentes -aunque no se agota ni reduce a éstas- como un vasto, flexible, espontáneo e inesperado despliegue más o menos espontáneo de redes en y desde los espacios y territorios urbanos para ocupar y desocupar, avanzar y retroceder, para saber y entender, para dialogar y forzar, para empujar y retroceder, para conquistar y disolverse, para acelerar y retardar.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 

Holmes, B., Negri, T.: GENERAL INTELLECT, POLITICA Y NUEVAS FORMAS DE CONSTRUCCION DEL COMUNISMO.  2004. (Artículo en portal web: http://multitudes.samizdat.net

Kelsen, H.: LE CONCEPT D'ETAT ET LA PSYCHOLOGIE SOCIALE.  Paris, 1988.  Editions du CNRS. 

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Moulier Boutang, Y.: LA REVOLTE DES BANLIEUES ou LES HABITS NUS DE LA REPUBLIQUE.  Paris, 2005.  Ed. Amsterdam.

Moulier Boutang, Y.: ECONOMIE POLITIQUE DES MULTITUDES.  Paris, 2005. (Rev. Multitudes, en portal web: http://multitudes.samizdat.net)

Moulier Boutang, Y.: CAPITALISME COGNITIF ET EDUCATION: NOUVELLES FRONTIERES. Paris, 2005.  (Rev. Multitudes, op. cit.)

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Rheingold, H.: FROM THE SCREEN TO THE STREETS.  2003.  (Artículo en portal web: www.inthesetimes.com)

Ritzer, G.: TEORIA SOCIOLOGICA CONTEMPORANEA.  México, 1996. McGraw-Hill.

Robbins, S.: COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL.  CONCEPTOS, CONTROVERSIAS, APLICACIONES. México, 1999. Prentice-Hall Edits.

Stoetzel, J.: PROBLEMES DE PSYCHOLOGIE SOCIALE.  Paris, 1998.  Ed. du CNRS.

 

EL REGIMEN POLITICO EN CHILE Y EL PERFECCIONAMIENTO DE LA DEMOCRACIA - NOTAS PARA UNA DISCUSION

PRESENTACION 

 

El presente documento presenta un examen preliminar de los principales aspectos para reflexionar acerca de una transformación profunda del sistema político chileno, en la perspectiva del perfeccionamiento y profundización de la democracia en Chile.  En Chile, desde la fundación de la República hace doscientos años, siempre o casi siempre ha predominado un régimen político fuertemente presidencialista, que puede ser considerado tanto como el factor estructural explicastivo fundamental de nuestro actual nivel de desarrollo como nación, y al mismo tiempo, ser acusado como la causa principal -aunque no la única- de las desigualdades sociales y territoriales que nos caracterizan.

A medida que nos aproximamos al 2010, los ciudadanos y en especial nuestra clase política se verán cada vez más inducidos a reflexionar sobre el sistema institucional que hemos instalado y que nos gobernará durante el siglo XXI.   La mirada política e ideológica que tuvieron nuestros "padres fundadores" a principios del siglo XIX, estaba profundamente determinada por los paradigmas políticos y filosóficos ilustrados del siglo XVIII europeo.  La mirada de los constructores de la República democrática del siglo XX, incluyendo las Constituciones de 1925 y 1980, era una perspectiva que dependía todavía de las lógicas doctrinarias del siglo XIX y los temores y fantasmas del mismo siglo XX en curso.  La mirada que podemos tener en los inicios del siglo XXI necesariamente deberá tomar en cuenta los éxitos y los fracasos del siglo XX, pero sobre todo, se abre la oportunidad de desplegar una mirada prospectiva de mediano y largo plazo, que nos indique en el horizonte qué formas de gobierno y de democracia serán eficaces y legítimas a lo largo del siglo XXI. 

Su propósito fundamental es promover una discusión académica y política que apunte a instalar estas problemáticas en el debate público.

Manuel Luis Rodríguez U.

Punta Arenas - Magallanes, junio de 2006. 

 

CONSIDERACIONES GENERALES

 

1.   A partir de la reforma al sistema electoral en Chile, quedará abierto el debate en torno a diversos aspectos de la institucionalidad democrática.  Pero cada uno de los tópicos que salgan al debate o que se integren en la agenda política y pública, pondrán de relieve que la cuestión de fondo que se refiere a las instituciones de nuestro Estado, es la del régimen político.   El debate acerca del régimen político chileno ha ocurrido en sordina, en los foros académicos y en los cenáculos de la política de más alto nivel sin que haya llegado a convertirse en el gran tópico del debate político e intelectual, precisamente porque la clase política, tributaria de las posibilidades y limitaciones de la transición democrática desde 1989, ha preferido abordar otras dimensiones del sistema político del país.   La problemática sin embargo, debería volver a reaparecer en el debate público, cada vez que las grandes instituciones del sistema se interrogen acerca de su verdadero lugar, de su ámbito de atribuciones y del peso institucional específico que cada una de ellas tiene en el conjunto del sistema. 

Un análisis crítico del sistema electoral actual, caracterizado por la exclusión, por la sobrerepresentación de las minorías y de la subrepresentación de las mayorías, pone de relieve que se trata de un sub-sistema ubicado al interior de una compleja estructura institucional en cuya arquitectura ha predominado el principio de la preeminencia de las autoridades unipersonales sobre los órganos colegiados, rasgo que articula al conjunto del diseño institucional actual desde la cúspide del Poder Ejecutivo, donde la imponente figura del Presidente de la República (dotado de un enorme abanico de atribuciones) se sobrepone a los Ministros de Estado, desdibujando el Consejo de Ministros, hasta la estructura comunal donde la autoridad unipersonal del Alcalde predomina incontrastablemente sobre un Concejo Municipal débil y desprovisto de facultades relevantes.  En síntesis, en el sistema institucional chileno, la unipersonalidad se impone a la colegialidad de los órganos del Estado, principalmente porque el legislador de la Constitución de 1980 prefirió adoptar criterios notoriamente conservadores y dee temor a la democracia abierta, los que estaban destinados a preservar a las minorías gobernantes y al aparato político por ellas construido,  de los vaivenes ingobernables que se presumía caracterizaban al orden político basado en asambleas.

2.   En 200 años de historia republicana, Chile ha sido regido por una estructura institucional marcadamente presidencialista y centralizada, producto de una tradición jurídica y política profundamente instalada tanto en la cultura y mentalidad cívicas como en la inercia burocrática de las instituciones.   Hay que anotar sin embargo, que el rasgo presidencialista que caracteriza a nuestro ordenamiento político-institucional, no es un modo de estructuración determinado por la Constitución autoritaria de 1980, sino que aun cuando ésta exacerba hadsta límites inéditos el presidencialismo del Estado chileno, éste encuentra sus lejanas y profundas raíces intelectuales y jurídicas en una tradición colonial de tres siglos que se plasmó a continuación en las Constituciones de 1833 y 1925.  (Galdames: L.: La evolución constitucional de Chile. 1810-1925.  2 vols. Santiago, 1925.  Establecimientos Gráficos Balcells.)

3.  La estructura institucional y el régimen político representativo instalado gradualmente en Chile a lo largo del siglo XX, y que ha estado consagrado en la Constitución de 1925 y 1980 han ido circunscribiendo cada vez el ámbito de los mecanismos de participación de la ciudadanía, de manera de hacer de la representación el mecanismo fundamental y casi exclusivo de funcionamiento del sistema.  La Constitución de 1980, a su vez, consagró y cristalizó un régimen político verticalizado y centralizado, en la que se desconfía y se rehuye el ejercicio de la participación ciudadana.

De todas formas, el análisis del régimen político e institucional que Chile pudiera estructurar durante el siglo XXI, necesariamente pasa por un examen crítico de la representación y de la condición ciudadana, y por una reflexión sobre las perspectivas de producir una evolución institucional desde una democracia predominantemente representativa hacia una democracia predominantemente participativa.

4.   La representación ha sido el paradigma central  y la lógica articuladora del conjunto de nuestra arquitectura política e institucional.  Las formas de representación ciudadana fueron evolucionando en Chile desde la progresiva extensión del sufragio (desde sus formas censitarias y excluyentes de mediados del siglo XIX, hasta el extenso sufragio universal del presente), pasando por la integración territorial de todo el país, en función de sus nuevas fronteras alcanzadas y consolidadas a fines de siglo XIX. 

 

CONCEPTOS Y PREMISAS SOBRE UN NUEVO REGIMEN POLITICO

 

5.  Dos son los aspectos estructurales que deben analizarse a la hora de reflexionar sobre la transformación de nuestro régimen político.  Uno de ellos se refiere al modelo de régimen político hacia el cual se desea avanzar, y el segundo -no menos importante- es cómo se desea avanzar hacia ese nuevo sistema institucional.

6.  No existe un solo modelo de régimen político que concite los consensos entre los especialistas y la clase política chilena actual, pero la mayor parte de las fuentes consultadas permiten afirmar que una mayoría de ellos se inclina por un regimen que manteniendo la figura del Presidente de la República como el jefe supremo de la nación, introduce una figura gubernamental en el Poder Ejecutivo y fortalece las atribuciones del Congreso Nacional, de manera de facilitar una suerte de reequilibrio en el marco de atribuciones de ambos poderes del Estado.

 

(Ensayo en proceso de elaboración)