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FUTUROSPOSIBLES

PROSPECTIVA

ELEMENTOS PARA UNA GEOPOLITICA DE LA ENERGIA EN MAGALLANES - UNA LECTURA PROSPECTIVA

PROLOGO

 

La cuestión energética ha venido adquiriendo una relevancia creciente dentro de la problemática general del desarrollo nacional y regional.   En el caso particular de Magallanes -una región periférica dentro de la distribución espacial del territorio chileno- la cuestión energética adquiere una connotación aún más clave, en tanto en cuanto, al aislamiento geográfico se suma la dependencia energética que la región ha venido adquiriendo respecto de fuentes energéticas externas y lejanas.

Como muestra, los siguientes datos.

En los próximos años, vamos a encontrar dos novedades en el panorama mundial: en primer lugar, el consumo de energía por parte del mundo en desarrollo va a superar al consumo del mundo desarrollado, y, en segundo lugar, a pesar de haber dudas respecto a cuando va a ocurrir, vamos a alcanzar el máximo en la curva de Hubbert.

Como sabemos, el sistema para determinar la producción de petróleo en función del tiempo se conoce como curva de Hubbert, y sirve para medir cuanto tiempo hay o resta, para obtener petróleo a los precios actuales. Su planteamiento es sencillo: en un principio la producción de petróleo parte de cero, aumenta con el tiempo hasta alcanzar un pick y posteriormente comienza su descenso, suave al principio y brusco al final, tomando una forma gráfica de campana. Dicho pick coincidirá con el consumo de la mitad del petróleo mundial. La primera consecuencia de llegar al pick de la curva va a ser el encarecimiento del precio del barril de petróleo. De manera que, a medida que se siga avanzando tras el pick, los precios del petróleo irán subiendo de forma gradual, coincidiendo con un descenso gradual del nivel de producción. 

Hubbert -un geofísico que trabajaba para la poderosa compañía petrolera Shell-  predijo y en 1956 que el pick de producción de EEUU se daría entre 1965 y 1970. En un principio nadie lo tomó en serio, pero el pick de producción de los EEUU llegó en 1970. A partir de ahí la producción de EEUU ha entrado en un lento decrecimiento. Al mismo tiempo, en la década de los 70 predijo que el pico de petróleo mundial sería se alcanzaría en el año 1999, pero en este caso no acertó con la fecha .

En estos momentos nadie sabe a con exactitud cuándo se va a registrar este pick. Las previsiones oscilan entre el 2010 de ciertos geólogos y el 2035 de las fuentes oficiales estadounidenses. Aún así pueden preverse ciertos movimientos:

Una vez llegado a lo alto de la curva, el petróleo restante se va a concentrar principalmente en el Golfo Pérsico. Por lo que es cuestión de tiempo que esta región vuelva a predominar como actor principal en la producción del petróleo mundial. Su protagonismo aumentará a medida que el petróleo de las otras regiones del mundo se vaya agotando.

Pronto nos vamos a encontrar con dos movimientos simultáneos: por un lado, un aumento del consumo de petróleo a nivel mundial, y, por otro lado, un descenso de las reservas de petróleo fuera de los países de la OPEC, con lo que estos países van a tener que aumentar su producción para poder cubrir la demanda global. Se espera que estos países incrementen su producción de 27mb/d a 48mb/d de aquí al 2010.

Asimismo, podemos decir que se espera que el 60% de la nueva demanda de petróleo provenga de países en vía de desarrollo (especialmente de China).

A su vez, tal y como se ha descrito anteriormente, las tres principales áreas consumidoras de petróleo del mundo son las que menos reservas presentan, por lo que la dependencia a sufrir por EEUU, Europa y Asia respecto del petróleo del Golfo Pérsico va aumentar de forma significativa. Todo ello nos lleva a concluir que la pelea por este petróleo probablemente va a conducir a nuevas tensiones internacionales.

Desde la perspectiva energética debiéramos definir entonces a Magallanes como un espacio territorial periférico caracterizado por una doble y contradictoria condición: por un lado, una considerable disponibilidad de fuentes y reservas energéticas “propias” y diversas y, por el otro lado, una situación geo-energética de aislamiento, lejanía y dependencia respecto de fuentes externas vitales.  O por decirlo en términos más precisos: somos dependientes de fuentes de energías externas y que no producimos y no hemos desarrollado las energías propias con las que sí podríamos ser autónomos y suficientes.

En esta contradicción reside el meollo del dilema de vulnerabilidad energética al que nos aproximamos a medida que avanzamos en el siglo XXI: dependemos de fuentes energéticas ajenas, cada vez más costosas, contaminantes y lejanas, en circunstancias que nuestro territorio posee fuentes energéticas que podrían ser menos costosas e inmediatas y con menor impacto ambiental.    Este ensayo –como una contribución intelectual y teórica en el marco del Observatorio Austral de Geopolítica de la sede Magallanes de la Universidad ARCIS- se plantea este dilema y se proponen algunas líneas de reflexión y análisis geopolítico.

Manuel Luis Rodríguez U.   Cientista Político.

Punta Arenas (Magallanes),  mayo-junio de 2006.


CONTEXTO Y DIAGNOSTICO:
 MAGALLANES EN UN NUEVO ORDEN ENERGETICO GLOBAL


Una matriz energética dependiente y vulnerable


La región de Magallanes es una zona en desarrollo integrado dentro del territorio nacional de Chile y del espacio patagónico austral del continente sudamericano, cuyo crecimiento económico promedio ha sido regular en los últimos diez años, y cuyo desarrollo económico y productivo se ha vinculado histórica y predominantemente a una matriz energética basada en la utilización más o menos intensiva de ciertos recursos no-renovables generalmente situados en su propio territorio: maderas, carbón, petróleo y gas natural.

La dependencia energética relativa de la región, respecto del país y de otras fuentes internacionales, se combina además, con la prevista emergencia de escenarios de crisis energética mundial, como consecuencia del incremento del consumo y la demanda de fuentes energéticas no-renovables, principalmente de hidrocarburos, de manera que los precios de éstos combustibles tenderán a aumentar, deteriorando los términos regionales de su intercambio.

Desde el punto de vista de su geopolítica de la energía, el rasgo fundamental que presenta hoy la región de Magallanes es el de su dependencia energética relativa y su consiguiente vulnerabilidad externa.  Los cambios bruscos en los precios internacionales de los suministros energéticos, en donde la tendencia al alza del recurso petróleo constituye uno de los aspectos más significativos e impactantes, así como las largas distancias marítimas y terrestres que separan a Magallanes de los países y puntos de producción de combustibles, sitúan a la región un escenario de dependencia energética y de vulnerabilidad  geo-económica y geo-estratégica. 

No cabe duda también que una de las causas estructurales que explican la crisis energética actual y la tendencia crítica a la que se encamina nuestra región austral, se encuentra en el sistema económico de capitalismo neo-liberal, basado en la lógica del libre mercado, y que produce como consecuencia, entre otros factores, consumo irracional de las energías, contaminación masiva del entorno ambiental, volatilidad de los precios, inestabilidad e imprevisibilidad de los mercados y limita seriamente el rol y la capacidad del Estado para garantizar un desarrollo económico y energético sustentable y viable hacia el futuro.   La energí,a dejada al caótico arbitrio de las ciegas leyes del mercado, produce los resultados que tenemos a la vista: depredación, contaminación, sobre-explotación, dependencia y vulnerabilidad.

La región de Magallanes se encuentra hoy a inicios del siglo XXI, en una encrucijada energética mayor.  O mantenemos el actual patrón de consumo de energías y entonces estaríamos avanzando hacia un colapso energético mayor, o procedemos a transformar casi completamente nuestra matriz energética.

Se trata de decisiones de importancia estratégica para la viabilidad futura de nuestro desarrollo económico regional.

El problema energético de mayor urgencia que enfrenta hoy la región de Magallanes es el agotamiento casi irreversible del petróleo y el gas natural como fuentes energéticas predominantes en nuestra matriz energética y la necesidad de proceder a una reconversión energética mayor para enfrentar esta creciente carencia.  El desafío de producir dicha reconversión energética se agrava por la ausencia de políticas públicas de largo plazo en esta materia, por la imprevisión histórica con que se ha procedido a la sobreexplotación de ambos recursos, y por la necesidad de aplicar aquí y ahora decisiones estratégicas para la economía regional, que repercutirán decisivamente en las siguientes generaciones de sus habitantes.

Los actuales patrones de consumo de energía no-renovable que caracterizan al tipo de desarrollo económico en aplicación, parece tender a incrementar nuestra dependencia externa regional y a hacer cada vez más prohibitivos los costos de los combustibles que consumen nuestros domicilios, nuestros vehículos, nuestras empresas y nuestras instituciones.

La actual matriz energética, en el marco del actual tipo de desarrollo económico, nos hace más dependientes e introduce una variable que complejiza y dificulta aún más las posibilidades que la región alcance un desarrollo sustentable y equitativo.

 

La perspectiva
de la autonomía energética relativa

 

La región de Magallanes además, carece de una Política Energética Regional que, con visión de Estado y de región, y desde una óptica prospectiva, fije las grandes orientaciones estratégicas de nuestro desarrollo energético para los próximos decenios. 

La base conceptual de este análisis geopolítico es la búsqueda de la máxima autonomía energética que sea económica y tecnológicamente posible y la preservación del patrimonio ecológico y energético territorial de Magallanes, realidades que deben ser definidos y entendidos como de interés público.    Los recursos energéticos renovables y no-renovables de que dispone la región de Magallanes, le otorgan una renovada importancia estratégica, geopolítica y oceanopolítica. 

En la medida en que dichos recursos son crecientemente demandados por la economía mundial, su demanda se irá haciendo más intensa, por lo que el país y la región deberán disponer de instrumentos jurídicos e institucionales que, garantizando su preservación medioambiental, posibiliten la inversión y el desarrollo. 

Desde una perspectivas geopolítica, el logro de la máxima autonomía energética relativa de la región, en el mediano y largo plazo, constituye una necesidad que se hace cada vez más acuciante, si se observa el deterioro que están experimentado los recursos petróleo y gas natural, como consecuencia de su acelerada sobreexplotación.  Definimos “autonomía energética relativa” como una condición inherente al desarrollo regional según la cual la estructura económica y productiva de la región tiende a utilizar de preferencia fuentes energéticas renovables y no-renovables actualmente existentes en la propia región, en desmedro de fuentes energéticas exógenas.

Desde una perspectiva geopolítica moderna, la noción de autonomía, implica la búsqueda de alguna forma de autarquía que tome en cuenta las nuevas realidades mundiales, que apuntan a la interdependencia y la mundialización.   Aquí, la autonomía y la autarquía no son conceptos contradictorios con la apertura a los mercados e intercambios con el mundo exterior, son una condición de seguridad y de estabilidad energética que permitirá precisamente una mejor inserción de la región en los procesos globalizadores.

  El logro de esta autonomía energética relativa debiera ser el resultado de políticas públicas estables y de largo plazo, que incentiven deliberadamente el uso de ciertas fuentes energéticas y desincentiven la utilización de aquellas fuentes que mantienen o acrecientan nuestra dependencia energética.


Las nuevas tendencias
en el espacio energético


El sistema energético global está ingresando en una larga época que podríamos denominar “el ciclo del gas natural”, después que el petróleo ha ingresado lentamente en su fase final de declinación.

Asistimos a dos grandes tendencias geopolíticas sobre el gas natural en America Latina: por una parte una creciente y progresiva gasificación de las economías del Cono Sur y, por otra parte, observamos una notoria la cartelización del gas al estilo de la OPEP. El gas natural por lo tanto estaría destinado a convertirse en un componente estratégico del potencial económico de nuestras naciones y, porqué no decirlo, en un arma estratégica a utilizarse en el juego de las relaciones internacionales.

Un cambio mayor esta teniendo lugar en la actualidad: estamos transitando desde  un orden energético-gasífero constituido por mercados aislados, a un orden energético-gasífero global articulado como un mercado interdependiente e internacional. Una serie de desarrollos -demanda creciente, avances tecnológicos, reducción de costos en la producción y en la entrega a los mercados del gas licuado, así como la liberalización del mercado- están estimulando la integración de los mercados de gas natural. Tales interconexiones crecientes del mercado tendrán amplias ramificaciones tanto para los principales consumidores como para los productores de gas. La demanda global de gas natural está creciendo más rápidamente que la de cualquier otro recurso energético, incluido el petróleo. Aunque el mundo consume actualmente más petróleo que gas, se espera que el suministro de petróleo se contraiga en un futuro no muy lejano, cuando la producción global se acerque a su máximo nivel sostenible —quizá en 2010— y comience, a partir de ese momento, un declive gradual pero irreversible. Por otra parte, es probable que pasen varias décadas antes de que la producción de gas natural alcance su máximo pick, por lo cual se espera que alcance su máxima capacidad productiva cuando el suministro de petróleo comience a escasear. Además, el gas natural resulta más atractivo que el petróleo en muchas aplicaciones, sobre todo porque su consumo libera menos dióxido de carbono, el principal responsable del efecto invernadero.

Se designan entonces hacia el futuro cuatro tendencias generales, según afirma un reciente estudio internacional:

1. Emergerá un mercado global integrado del gas, lo que puede llamarse un orden energético-gasífero global, en el cual cualquier acontecimiento en cualquier país, zona productiva o región afectará a todas las regiones.
2. El papel de los gobiernos en el desarrollo del mercado del gas natural cambiará dramaticamente en las próximas décadas.
3. La creciente importancia geopolítica del gas natural implicará una atención creciente a la seguridad del suministro.
4. El rápido cambio a un mercado global de gas no es una certeza. Depende en gran medida de la creación de un contexto en el cual los inversores tengan confianza suficiente para desplegar vastas sumas de capital financiero e intelectual; requiere encontrar soluciones a las adversas consecuencias sociales y políticas derivadas del desarrollo de los recursos naturales en países donde el gobierno es débil; y asume un continuo tirón del creciente sector eléctrico mundial. ( )  

El crecimiento esperado de la demanda en lo interno sumado al desarrollo del mercado del gas natural en lo internacional y la amenaza del alto precio del petróleo hacen suponer que éste combustible será escaso en los próximos años y su valor tienda a aumentar. La gradual y creciente escasez de petróleo va a acelerar el mercado internacional del gas natural licuado. Al día de hoy, el gas natural es transportado por gasoductos que atraviesan grandes regiones pero se hace inviable de exportar extra-regionalmente.

Sin embargo, la tecnología para comprimir el gas natural de manera de poder transportarlo en buques cisterna, ha avanzado lo suficiente como para poder prever en un futuro cercano que el gas natural se transformará en un commodity al igual que el petróleo y su destino podrá ser cualquier lugar del mundo, ya no más atado a su región geográfica.

A su vez, el suministro de gas desde las principales zonas de reservas  y producción en América del Sur hacia los centros de la futura demanda, en Europa, America del Norte y Asia, requerirá una expansión mayor de las infraestructuras de transporte de gas intra-regional y transfronterizo.

Si esta previsión resulta correcta, es más que probable que el destino final del gas natural latinoamericano (particularmente de Bolivia y Perú, per también el que se encuentre en Argentina y en Chile) termine siendo consumido en centros de gran demanda energética mundial como Estados Unidos, o Asia, en vez de la región. No debe perderse de vista que el gas natural se está pagando hoy en Estados Unidos un precio hasta siete veces mayor que el que se paga en la región, de manera que, existiendo la tecnología, no hay razón para pensar que los propietarios del gas no lo quieran vender al precio más alto.

La propuesta del “anillo energético” -y particularmente lo que se ha dado en llamar el Gasoducto del Sur- pretende comercializar el gas de las reservas peruanas, bolivianas y venezolanas a través de una red de gasoductos ya existentes y algunos tramos a construir. Las reservas peruanas (de Camisea y Pagoreni) se estiman en el orden de los 11 millones de pies cúbicos. En los próximos 20 años se espera que el propio mercado interno sudamericano consuma 4 de esos 11 millones y otros 5 millones sean exportados a México. De manera que poco va a ser lo que llegue a los países del cono sur, salvo que nuevas exploraciones aumen-ten el volumen de reservas hoy conocido. Sin embargo, la construcción del tramo Pisco (Perú) – Tocopilla (Chile) y el futuro terminal de Quinteros, podrían asegurar la entrada de gas natural a Chile, liberando el gas boliviano con destino a los demás países.    Pero en esta perspectiva continental, el gas natural de Magallanes (si es que las reservas encontradas son considerables), sigue no teniendo todavía un destino cierto. 

Cabe recordar que ante la baja productividad gasífera argentina, Chile vio recortado su suministro de gas natural y Bolivia se niega a suministrarle el hidrocarburo utilizando esta herramienta como arma de presión para obtener de Chile una salida al mar, en el marco de un conflicto que lleva más de un siglo. Bolivia incluso reniega de exportar su gas a Argentina temiendo que por esta vía el gas natural llegue de todas maneras a Chile. Lo que evidencia este estado de cosas es la debilidad de una integración sentada sobre las exclusivas bases del mercado (en este caso energético) sin ningún tipo de sostén político y geopolítico que le proporcione otros horizontes.

La historia de los últimos 5 años muestra como el proceso de integración energética sufrió los vaivenes de los cambios de gobierno y las mareas políticas nacionales que no ofrece garantías de continuidad al proceso. Además, la realidad de un sector energético mayoritariamente en manos de empresas privadas transnacionales, suma dificultades a los pocos intentos de los gobiernos nacionales de orientar las políticas del sector hacia objetivos propios y nacionales.

En América del Sur, las reservas probadas suman 2,11 billones de metros cúbicos de gas natural. Por otro lado, la producción acumulada de los seis países, estimada alcanzaría en el 2025 a 3,37 billones. Reducir a la mitad la producción prevista para esa fecha significa llegar a una producción acumulada de 2,17 billones de metros cúbicos de gas natural. Tales cifras significan que en el mejor de los casos llegaríamos a 2025 con todas las reservas de gas natural agotadas. Vale la pena aclarar que en estos cálculos no hemos incluido las exportaciones de hidrocarburos hacia fuera del Mercosur, los cuales en algunos casos como el boliviano tienen serias perspectivas de ser concretados. Se mantiene la esperanza de encontrar nuevos yacimientos que mejoren las oportunidades a futuro.

Pero los analistas independientes opinan que ya no será posible encontrar grandes pozos que suministren la energía que el mundo irá a demandar. Esto quiere decir que aún si tenemos la fortuna de encontrar en la región nuevas reservas estas serán menores y tendrán un valor que la harán inaccesibles para nuestras economías. No debemos olvidar que la mayoría de estos pozos estarán concesionados a empresas privadas y que el precio del petróleo y del gas natural se fijan internacionalmente en centros de comercio donde nuestro países tienen poco peso relativo.

 

CONO SUR Y ESTRECHO DE MAGALLANES:
CONSIDERACIONES GEOPOLITICAS Y GEOESTRATEGICAS

 

El estrecho va a devenir un pasaje natural estratégico por la creciente circulacion de naves con gas natyural?

El estrecho y sus tres vías de acceso principal (por el oeste desde el océano Pacífico, por el este desde el océano Atlántico y por el sur desde el océano Austral), pueden constituirse en una encrucijada geoestratégica en la medida en que la región de Magallanes devenga una región productora de gas natural.


ESCENARIOS


El desarrollo energético –como tópico de estudio y análisis- sería incomprensible si no se reflexionara en función de una dimensión prospectiva.  En la medida en que la totalidad de los procesos económicos, sociales, político-institucionales y tecnológicos involucrados en la problemática energética, implican siempre horizontes prolongados de tiempo y tempos de maduración y planificación de mediano y largo plazo, es imprescindible incorporar las herramientas prospectivas para desarrollar un análisis geopolítico complejo.

El horizonte prospectivo elegido para esta reflexión geopolítica es de 20 años.

La implementación de una Política Energética Regional, debería efectuarse a partir de procesos de toma de decisiones que tomen en cuenta, a lo menos, cuatro escenarios prospectivos, considerados como los más plausibles de producirse en el horizonte de tiempo elegido, a saber:

a) un escenario tendencial de mantención de las actuales tendencias del desarrollo energético;
b) un escenario normativo I de mayor integración energética con la Patagonia argentina y búsqueda de una matriz energética de mayor independencia y autonomía;
c) un escenario normativo II de menor integración energética con la Patagonia argentina y búsqueda de una matriz energética de independencia y autonomía;
d) un escenario aberrante de catástrofe ambiental y/o energética.


Un escenario tendencial de prolongación
de las actuales tendencias energéticas


El escenario tendencial de mantención o prolongación de las actuales tendencias energéticas supone que en los próximos veinte años, la región de Magallanes continuará dependiendo de los suministros de petróleo provenientes del exterior, y de una matriz energética poco diversificada y concentrada principalmente en el consumo creciente de gas natural y petróleo.  Como una de las consecuencias geopolíticas de este escenario,  el conjunto del desarrollo económico de la región continuará sometido a los cambios coyunturales provenientes de los mercados internacionales y fuentes foráneas de suministro energético, con todo lo que ello implicará en términos de dependencia exterior y vulnerabilidad.


Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, el Estado mantiene su rol subsidiario y deja en manos privadas las principales decisiones de inversión, y entrega al beneficio del capital externo o internacional los resultados de sus esfuerzos de investigación y desarrollo energético.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán solo en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.
La tendencia alcista de los precios internacionales de la energía, repercute sobre el nivel de vida de la población regional, encarece y afecta sobre todos los rubros de la actividad económica y acentúa la vulnerabilidad y la dependencia externa.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.

Sociedad civil Una sociedad civil atomizada y con bajo nivel de protagonismo social solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios.

 

Un escenario normativo I,
de mayor integración energética con la Patagonia argentina
y  grados suficientes de independencia energética relativa


El escenario normativo I, supone que la región de Magallanes apuesta a la vez, por una mayor integración energética con la Patagonia argentina y por la búsqueda de grados suficientes de independencia energética relativa, mediante la diversificación creciente de su matriz energética.   Como consecuencia de este escenario, el desarrollo económico de la región se encontrará fortalecido por la generación de recursos susceptibles de potenciar la  investigación, desarrollo e inversión orientada hacia las fuentes energéticas regionales renovables.

 

Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, pero sometido al control y la supervigilancia del Estado, el Estado desarrolla un rol articulador y promotor del desarrollo, genera fuentes de energía alternativas y posee la capacidad de hacer alianzas público-privados de manera de orientar el desarrollo energético hacia una diversificación y la integración relativa con la Patagonia argentina.  En este contexto, la integración binacional sirve al objetivo de la diversificación energética, pero no genera condiciones de dependencia.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante pero de un rol activo del Estado, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas, pero en los cuales el Estado encuentre garantizadas la continuidad, y la radicación productiva permanente.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.  Este será un factor  adicional que estimulará la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y de procedencia local.

Sociedad civil Una sociedad civil menos atomizada y con diversos niveles de protagonismo social, no solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios, sino también desarrolla su capacidad para ejercer presión y generar formas de solidaridad económica.

 

Un  escenario normativo II
 hacia una combinación de integración energética con la Patagonia argentina
y grados crecientes de independencia energética


El escenario normativo II presupone que la región de Magallanes se orientará, en el horizonte señalado, hacia una combinación equilibrada de integración energética con la Patagonia argentina y por la búsqueda de grados crecientes de independencia energética, mediante la diversificación de su matriz energética en dirección a los recursos renovables propios: energía eólica, mareomotriz y termoeléctrica. 

Como consecuencia de este escenario, el desarrollo económico de la región resultará fortalecido por procesos continuos de investigación, desarrollo e inversión dirigidos preferentemente al logro de condiciones de autonomía energética relativa a escala regional y subregional.


Factores Comportamientos más probables

Rol del Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de la alianza entre el Estado y el sector privado, el Estado induce mediante las Estrategias Regionales de Desarrollo y el Plan Estratégico de Desarrollo Energético, que la inversión privada y la inversión pública se orienten a los sectores cuya producción favorece la independencia energética relativa.

Actores económicos privados Sobre la base de la s Estrategias y Planes Energéticos, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que junto a la inversión pública, tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole.  Este será un factor  adicional que estimulará la búsqueda de fuentes energéticas alternativas y de procedencia local y procesos productivos integrados.

Sociedad civil Una sociedad civil menos atomizada y con diversos niveles de protagonismo social, no solo sirve como público consumidor de recursos energéticos, sino también desarrolla su capacidad para generar estrategias participativas de ahorro energético y para ejercer presión e implementar formas de solidaridad económica.

 

Un escenario aberrante


Un escenario aberrante presupone la eventual ocurrencia de catástrofes naturales y/o accidentes energéticos mayores, o ambos eventos combinados, de manera de producir una crisis energética que pone en cuestionamiento los suministros energéticos fundamentales para la actividad económica, la vida cotidiana y la actividad institucional de la región.   Como consecuencia, la ocurrencia de este escenario dependerá de la calidad y pertinencia de los procesos de gestión energética y tecnológica, que permitan disminuir al máximo los riesgos de error humano, falla tecnológica, evento natural o accidente susceptible de afectar alguno de los eslabones del proceso de producción y/o suministro de energía para la región, dentro de un rango de tiempo determinado.


Actores Comportamientos más probables

Estado En las condiciones de un desarrollo económico basado en la lógica de mercado, el Estado mantiene su rol subsidiario y deja en manos privadas las principales decisiones de inversión, y entrega al beneficio del capital externo o internacional los resultados de sus esfuerzos de investigación y desarrollo energético.  En este contexto y bajo esta lógica, los riesgos catastróficos seguramente han de ser asumidos por el Estado y por los consumidores.

Actores económicos privados Sobre la base de la liberalización de los mercados actualmente predominante, los actores económicos nacionales e internacionales se interesarán en aquellos sectores de inversión y desarrollo energético en los que tengan garantizadas ganancias y rentabilidad duraderas.  En las condiciones de crisis energética, se tiende siempre a privatizar las ganancias y a socializar las pérdidas.

Mercados y precios internacionales La volatilidad cíclica de los precios de los recursos se mantendrá, al mismo tiempo que las grandes zonas de producción de petróleo  y gas natural, seguirán estando asociadas a conflictos geopolíticos de diversa índole e intensidad.  Este será un factor  adicional que estimulará la inestabilidad internacional y podría acentuar las condiciones críticas.

Sociedad civil Una sociedad civil atomizada y con bajo nivel de protagonismo social solo sirve como masa consumidora de recursos energéticos, sometida a los dictados empresariales y a los cambios –o sea, alzas- en los precios.  En estas condiciones, y en un escenario aberrante de crisis energética, la sociedad civil ha de plegarse al principio de privatizar las ganancias y a socializar los daños y las pérdidas.

 

EL FUTURO ENERGETICO DE LA REGION DE MAGALLANES - TENDENCIAS Y ESCENARIOS

PRESENTACION

 

Probablemente una de las problemáticas más complejas que enfrenta el actual modo de desarrollo en la región de Magallanes, así como en el conjunto de las economías latinoamericanas y en el mundo, es la cuestión de la energía, tanto desde el punto de vista de las fuentes de suministro, como de la permanencia y seguridad de tales suministros para un desarrollo sustentable en nuestra región.

¿Tenemos derecho los magallánicos a esperar que la riqueza gasífera será para beneficio de los habitantes de esta tierra?  ¿O habremos de observar impasibles cómo otros se la llevan para beneficio de intereses extranjeros?

El anuncio reciente del descubrimiento de reservas de gas natural en Tierra del Fuego chilena, presenta el aspecto de una noticia con tintes publicitarios, ya que la existencia de gas natural en tal sector y en todo Magallanes, es una evidencia que conocían los trabajadores, técnicos y profesionales de ENAP, desde los años cincuenta del siglo XX.  Resulta evidente que la reciente aceleración de las exploraciones de ENAP en busca de gas natural en Magallanes -a contrapelo de una decisión política que había sido adoptada hace años en la empresa petrolera de preferir fuentes gasíferas extranjeras, para incrementar "el negocio"- hoy nos ponen como región ante el dilema de decidir en una materia que tendrá serias repercusiones para las próximas décadas.    Es posible afirmar que hoy la cuestión del gas natural magallánico vuelve al debate público y a las primeras planas noticiosas, nada más que porque los suministros de gas natural argentino han sido recortados y seguirán recortándose  a medida que se recupere la economía argentina.   Hay una evidente connotación centralista en este aspecto de la realidad: si el gas natural argentino fluyera sin problemas hacia el centro de Chile, ninguna exploración gazífera se habría apurado en Magallanes...

Para responder a estos dilemas, es necesario promover un debate público, crítico e informado, que tome en consideración no solo las exigencias de rentabilidad y de beneficio mercantil, sino que cuestione también el modo de vida que este capitalismo nos ha impuesto; que tome consideración no solo el presente, que podría ser halagueño si las reservas descubiertas son considerables y comercializables, sino que haga cuestión del futuro de nuestro desarrollo, de nuestra matriz energética y que lleguemos a preguntarnos incluso ¿y qué harán nuestros hijos o nuestros nietos el día que se termine el gas natural en Magallanes? 

Se trata también de escapar de dos falacias frecuentes en el discurso oficial: una, que estos son temas que solo los especialistas puede resolver, porque se trata de materias de alta complejidad; y segunda, que el sistema de economía social de mercado o neo-liberal es absolutamente intocable, incluso desde el punto de vista energético, porque se podría "espantar" la inversión extranjera. 

Ambas falacias se deshacen en un instante: primero, la cuestión del gas natural en Magallanes es un tema político porque concierne a nuestro futuro como región y como especie humana y solo en segundo lugar es económico y técnico, y al ser político, lo debe discutir la ciudadanía democráticamente; y segundo, ¿y cómo llega tanta inversión capitalista internacional a la República Popular China, el Estado comunista más grande del mundo? ...allí los capitalistas e inversionistas no se espantan con el comunismo chino...tanto que se benefician de él.

Este ensayo -una contribución intelectual para un debate político serio- pretende reflexionar en términos intelectuales e incitar a una reflexión política informada y crítica, en torno a las principales tendencias y escenarios energéticos de mediano plazo para la región de Magallanes, en un horizonte situado en la década de 2020-2030 aproximadamente.

 

Manuel Luis Rodríguez U.   Cientista Político. 

Punta Arenas - Magallanes, abril de 2006.

 

TERMINOS DE REFERENCIA PARA UN ANALISIS PROSPECTIVO

 

Desde el punto de vista energético, la historia de la región de Magallanes e incluso del conjunto de la Patagonia, desde mediados del siglo XIX hasta el presente, puede ser interpretada como una serie de fases de desarrollo caracterizadas por la utilización masiva de un recurso energético: primero fueron las maderas y el carbón, después fue el petróleo y en el presente, desde 1980 en adelante, nos interrogamos por nuestro destino energético.

Actualmente enfrentamos un conjunto de problemas y dilemas energéticos interrelacionados entre sí, peron que repercutirán en el mediano y largo plazo sobre el modo y la calidad de vida de nuestra región austral, si no se adoptan medidas políticas de envergadura.  Por cierto que la cuestión de fondo más grave y profunda, que se nos plantea cada vez que analizamos el presente y los futuros posibles de nuestra matriz energética, es el del tipo de desarrollo que estamos siguiendo.  

 

Un sistema y estilo de desarrollo energéticamente condenado al colapso 

 

Los economistas actuales han dado en denominarle el "modelo" de desarrollo para referirse a un estilo y a un sistema  socio-económico y político, estructuralmente imbricado y basado en la lógica del mercado y del lucro individual, del predominio económico y político del capital sobre el trabajo y sobre la utilización masiva de determinados recursos energéticos no-renovables.  

Pero, éste sistema capitalista de corte neoliberal, ambientalmente depredador y socialmente desigualador no es ningún modelo, en el sentido de una forma de organización socio-económica ejemplar o que pudiera servir como ejemplo para las futuras generaciones.   Por el contrario, es posible afirmar que actualmente la sociedad chilena y nuestra región austral experimentan un modo y un estilo de desarrollo que funciona estructuralmente sobre la base de la desigualdad social y económica, de la explotación sistemática del trabajo, de la inteligencia y de la creatividad humanas y  de la depredación más o menos intensiva del medio ambiente y los recursos naturales y energéticos.

¿Sobre qué bases energéticas ha estado funcionando este capitalismo en Chile y en nuestra región de Magallanes?  Sobre la explotación masiva y sucesiva de ciertos recursos energéticos no renovables como las maderas, el carbón, el petróleo y actualmente el gas natural.   Si analizamos la trayectora histórica de la evolución de la economía regional de Magallanes, podemos interpretar que desde 1843-48 en adelante, la estructura económica regional se basó en el uso indiscriminado y masivo de ciertos recursos energéticos, prácticamente sin importar sus efectos y su futuro como recurso. 

En efecto, en el período inicial de la economía magallánica de subsistencia (1848-1868), las maderas de los bosques cercanos a Punta Arenas  fueron la principal fuente energética.  Más adelante, cuando se constituyó en el territorio una economía ganadera de exportación (desde 1868 hasta 1945), el principal recurso de energía fué el carbón tanto en Magallanes como en Ultima Esperanza.  Y desde 1945 en adelante, el petróleo pasó a convertirse en nuestra principal fuente de energía, configurando una economía petrolera de explotación asociada además con la instalación definitiva en la zona de un modo de vida moderno y con tendencia incipiente hacia la industrialización.   Actualmente, con el agotamiento gradual de las reservas accesibles de petróleo en Magallanes, después de la explotación indiscriminada realizada bajo el régimen militar en costa afuera (década de 1980 en adelante), la región se encuentra en pleno proceso de transición desde una matriz energética basada en el petróleo a una matriz orientada al uso del gas natural.

Ahora bien, la decisión estratégica de reorientarse hacia el gas natural, adoptada también durante la dictadura militar, buscaba reemplazar de alguna manera la creciente escasez y el incremento progresivo de los precios del crudo, convirtiendo al gas natural en un producto energético rentable, cuyo curso de precios debía estar asociado a la evolución de sus precios internacionales.    Esta tendencia "pro-gas natural" ha continuado durante los gobiernos democráticos, sin que se haya hecho ningún esfuerzo serio para abrirse hacia el uso de fuentes energéticas renovables y ambientalmente sustentables.  

La lógica capitalista neo-liberal predominante para Magallanes en los últimos cincuenta años del siglo XX fue de algo así como "...gasten petróleo, porque tenemos petróleo..." y después ha sido de "...gasten gas, porque tenemos gas..."   Las dos preguntas claves son: ¿y a qué costo?  ¿y hasta cuándo?   Todos los estudios y estimaciones internacionales serias que existen actualmente, indican que a medida que las reservas de gas natural en el mundo vayan escaseando porque el consumo mundial de gas natural está aumentando aceleradamente, los precios del gas van a aumentar siguiendo el ritmo de ascenso que sigue hoy el petróleo, el otro hidrocarburo cada vez más escaso.  En América Latina y en varias regiones del mundo, el gas natural se está convirtiendo en el "producto energético estrella" y en el negocio energético más rentable y con mayores proyecciones de futuro, ya que existe una comprensión cada vez más clara y evidente que vamos camino a un colapso petrolero hacia el 2030 ó 2040. 

Lo que está ocurriendo es que se consume cada vez más petróleo en el mundo y las reservas existentes y potenciales indican que se llegaría a un "pick petrolero" en algún momento hacia el 2030 - 2040, y a partir de ese momento, los precios seguirán subiendo, mientras las reservas comenzarán a disminuir. ¿Cuánto falta para que el precio del barril de petróleo llegue a 100 dolares?  Lo principal a anotar en este análisis comparativo, es que puede predecirse que la trayectoria futura hacia el colapso que lleva la economía petrolera, es similar a la que seguirá la economía gasífera.

Los grandes pensadores del socialismo clásico habían anticipado durante el siglo XIX para algún momento indeterminado del futuro, el colapso final del capitalismo, en aquel entonces triunfante.   No es el momento de predecir nuevamente la crisis final del capitalismo o del imperio que le sirve de soporte político-estratégico, pero ningún ideólogo del conservadurismo o del neo-liberalismo ha sido capaz de prever que este modo de producción capitalista va a continuar tal como hasta hoy en el futuro, si el gran dilema energético del petróleo no se resuelve.  

Escribe Marx en su "Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política" de 1859: "El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general... Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas..."   Parafraseando este análisis podríamos argumentar que "...al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con los fundamentos energéticos que las hacen posibles y con las cuales se han desenvuelto hasta allí, y que de formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas modalidades energéticas se convierten en trabas suyas..."

Una economía capitalista, globalizada, imperial y depredadora de esta envergadura, en realidad un tipo de civilización que lleva ya casi cinco siglos de funcionamiento, se enfrenta a una coyuntura crítica estructural profunda.   Es como la lógica política leninista trasladada al modo de organización de la economía: llegará un momento en que la estructura económica de dominación "de arriba" no podrá seguir funcionando, porque las bases energéticas "de abajo" no le permitirán seguir dominando como hasta el presente.  El curso de colisión del capitalismo imperial actualmente dominante, no sería entonces contra alguna supuesta potencia que le dispute su hegemonía global en un orden unipolar como éste, sino contra sus propios fundamentos energéticos de funcionamiento, al precio creciente y costoso de nuevas guerras, otras invasiones y una siempre abundante depredación y degradación ambiental.  Probablemente aquel final no será una explosión, sino una implosión.

Otro aspecto preocupante del tema, es comprender algunos de los impactos militares y estratégicos del paso de una economía basada en el petróleo al gas natural.  Podemos preguntarnos:si las principales guerras y conflictos que han tenido lugar a lo largo del siglo XX, han tenido como causa real o causa oculta la lucha por el acceso, posesión y control sobre el petróleo, ¿quién podría predecir que en el futuro no asistiremos a guerras por el gas natural o el recurso-agua?   A medida que estos recursos se vayan haciendo más costosos, más escasos y su "valor estratégico" aumente, la probabilidad de conflictos y guerras a su propósito tambien aumentará.

 

Algunos aspectos geopolíticos

 

El concepto de "autonomía energética relativa" podría bien servir como noción política y geopolítica básica para desarrollar nuestro futuro energético.  La región de Magallanes es una de las más ricamente dotadas de recursos energéticos dentro del territorio nacional de Chile y por lo tanto, su importancia geopolítica y estratégica adquiere una nueva connotación: la de ser un territorio que podría suministrar al resto de Chile algunos de los recursos energéticos que hoy debe importar desde el exterior.  

En los tiempos de la globalización la autarquía es una noción anticuada y decimonónica, pero pretender reservar los recursos energéticos para el propio desarrollo como prioridad esencial, no se contrapone con la posibilidad de exportar los excedentes energéticos. 

La seguridad energética de Chile y de Magallanes está también de por medio, en la medida en que todos los actuales suministros que llegan a Magallanes pasan por territorio argentino o por aguas internacionales.  Hoy como región, somos mucho más vulnerables energéticamente que hace treinta o cuarenta años atrás, y podríamos disminuir esa vulnerabilidad si recurrimos a nuestras propias fuentes de energía con un criterio de autonomía energética relativa y de interés nacional prioritario.

¿Hay algo más patriótico que pretender que las riquezas naturales y energéticas de Chile se desarrollen para beneficio del crecimiento de nuestra propia economía y después, sólo despues, sean productos para la exportación?  ¿Hay acaso algo más patriótico y defensor de la soberanía nacional que pretender que los recursos energéticos chilenos, sean explotados por empresas chilenas para beneficio del desarrollo de la economía nacional y secundariamente, para el interés lucrativo y energético de las potencias dominantes? 

¿O acaso así no lo han hecho todas las potencias capitalistas el hemisferio norte, que hoy nos pretenden vender el discurso de la apertura de los mercados y de la globalización? 

 

En síntesis... 

 

En síntesis, los términos de referencia para un análisis prospectivo y crítico de la cuestión energética regional serían:

a)  un recurso petroleo que escasea y se agota indeclinablemente;

b)  el resurgimiento de las expectativas en torno al uso del gas natural como principal fuente energética para la región;

c)  insuficiencias en el uso de recursos energéticos renovables;

d)  una matriz energética fuertemente dependiente de recursos energéticos procedentes de fuera de la región;

e)  la existencia de una considerable variedad de recursos energéticos en la región; 

f)  falta de una Política Estratégica del Estado y de la región, para planificar el futuro energético o de la matriz energética de la región.

 

UNA INSTITUCIONALIDAD PUBLICA PARA EL PROBLEMA ENERGETICO

 

Creemos que recursos energéticos tan importantes y acaso de importancia estratégica para Magallanes y para el resto de Chile, deben ser declarados por el Estado de Chile, como recursos de interés público.   El gas natural debe ser declarado explícita y legalmente como recurso energético estratégico y de propiedad del Estado, y solo después el Estado decidirá su destino.

Esto implica además, introducir profundas modificaciones estructurales en la institucionalidad pública que se encarga de la energía en Chile y en Magallanes en particular.   Si la gran orientación energética que va a desarrollar Magallanes en el futuro venidero y de mediano plazo, es alrededor del gas natural, entonces perfectamente la filial Magallanes de ENAP, podría ser transformada en una Empresa Regional de Energías, que se haga cargo de la exploración, explotación, distribución, investigación y desarrollo de todas las fuentes energéticas que contienen los territorios (marítimo y terrestre) de la región. 

Y sería esa Empresa Regional de Energías la que, como empresa pública dotada de capital financiero y capital humano suficiente, podría formar alianzas estratégicas con entidades privadas que proporcionen la tecnología para tales procesos.

Proponemos entonces: 1° que la región de Magallanes -sobre la base de un amplio debate público, político y técnico informado- fije su propia Política Energética Regional de corto, mediano y largo plazo, como instrumento de planificación estratégica y de orientación de los mercados, a fin de determinar -entre otras decisiones- el destino que se va a dar a los recursos energéticos que la región contiene; y 2° que se estudie y proponga al Ejecutivo una modificación a la ley orgánica de ENAP que permita la transformación de la filial Magallanes de ésta en una Empresa Regional de Energías, encargada de la exploración, explotación, distribución, investigación y desarrollo de los recursos energéticos disponibles en la región.

 

ESCENARIOS

 

Podemos esperar que como consecuencia del reciente "hallazgo" de gas natural en Tierra del Fuego chilena, el debate político y político-técnico en torno a qué hacer con ese gas, se incrementará y ocupará en ciertos momentos a la opinión pública.   Algunos han adelantado incluso la proposición de avanzar hacia la constitución de un llamado "polo petroquímico" en Magallanes, incluyendo una planta de etileno, siguiendo las clásicas propuestas basadas en el industrialismo de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Durante la reciente campaña parlamentaria y presidencial, la polémica acerca de la decisión de ENAP de construir una planta de etileno en Concepción, y no en Magallanes, fue objeto de numerosos debates. 

Pero lo que pocos han dicho, es que de todas las industrias petroquímicas actualmente en funcionamiento en el mundo, las unidades productivas más contaminantes y depredadoras del medio ambiente son precisamente las plantas de etileno, tanto por las emisiones de gases a la atmósfera (contribuyendo de paso al deterioro de la capa de ozono), como por las emisiones de desechos líquidos que contaminan las napas subterráneas y el suelo vegetal.   (La planta de etileno de Bahía Blanca en la Patagonia argentina, bien podría servirnos de ejemplo).

¿Estamos dispuestos como región a sacrificar este medio ambiente único, que nos sitúa como una de las zonas más limpias y promisorias para el turismo en el planeta, en nombre de una industrialización que seguramente enriquecerá a unos pocos consorcios gasíferos transnacionales?   Gas natural, ¿riqueza para quiénes? ¿para todos los habitantes de la región y su mejor calidad de vida y desarrollo humano? ¿o beneficio mercantil creciente para el capital financiero e industrial, interesado en obtener ganancias rápidas...hasta que se termine el gas?   Explotación del gas natural en Magallanes, ¿a cargo de quiénes? ¿de la Empresa Nacional del Petróleo, que ha acumulado más de cincuenta años de experiencia técnico-profesional y es una de las empresas estatales más rentables en el Chile de hoy? ¿o de consorcios extranjeros multinacionales, que llegan, sacan, vacían y se van?

¿Estamos dispuestos a reconocer que la explotación de pozos de gas natural sigue una curva de expansión y decaimiento más acelerado que el de los pozos petrolíferos?

Son pocos los escenarios prospectivos que se presentan hacia el horizonte del mediano plazo, es decir, hacia las décadas de los años de 2020 y 2030.  Todos ellos dependen de un conjunto de macro-variables decisivas, de decisiones que deberán adoptarse en los próximos cinco a diez años y cuyo impacto más probable repercutirá en aquel entonces. 

 

Un escenario tendencial de desarrollo basado en la mantención de una matriz energética sobre recursos no-renovables

Un escenario tendencial, supone que la región de Magallanes, por decisión pública y de los actores privados continuará como hoy, apostando a la explotación de recursos energéticos no-renovables como el gas natural e incluso en carbón, tomando en cuenta solo secundariamente los impactos ambientales de tal opción.  La matriz energética actual continuará siendo en el futuro previsible, fuertemente dependiente de los mercados y precios externos y estrechamente asociada a recursos energéticos provenientes del exterior como el petróleo.

Los efectos que dicha matriz energética producirá pueden medirse en términos de dependencia económica respecto de fuerzas y actores externos a la región de Magallanes, en términos de un deterioro del medio ambiente asociado, y en particular a los impactos  por el incremento de los precios de los combustibles petróleo y gas natural, como consecuencia de su mayor demanda y la disminución de sus reservas. 

 

Un escenario normativo de desarrollo basado en una gradual diversificación de la matriz energética, orientándose hacia las fuentes renovables y limpias.

 

La región de Magallanes opta por una diversificación gradual de su matriz energética.   La opción de la diversificación de la matriz energética, supone generar reglas claras y estables para inducir la inversión privada, en términos que resguarden la preservación del medio ambiente, pero al mismo tiempo, producir procesos educacionales de largo plazo, para alentar el uso de fuentes energéticas limpias y no contaminentes, en el marco de una institucionalidad energética pública, regionalizada y renovada. 

Ello significa, por ejemplo, derivar una parte de la generación eléctrica hacia el uso del carbón como fuente energética, orientar el gas natural exclusivamente hacia su utilización como calefacción doméstica y combustible para el transporte, desarrollando al mismo tiempo el uso cada vez más extendido de la energía eólica (parques eólicos) para la expandir la electricidad rural, y aprovechar la energía mareomotriz en determinados sectores costeros del Estrecho de Magallanes. 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y DOCUMENTALES

 

Bullon, F.: El mundo ante el cenit del petróleo. Barcelona, 2006.  (sitio web: www.crisisenergetica.org

Energy Information Administration: International Energy Outlook 2005.  Washington, 2006. EIA. 

Horty, G.: Energía y Ambiente en el Mercosur.  Evaluación preliminar de futuros posibles.  (Versión digital del sitio web: www.mercosur.org

Marx, C.: Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política.  1859.  (Versión digital del sitio: www.marxists.org)

Marzo, M.: Combustibles fósiles y Geopolitica.  Barcelona, 2006.