Blogia
FUTUROSPOSIBLES

EL FUTURO ENERGETICO DE LA REGION DE MAGALLANES - TENDENCIAS Y ESCENARIOS

PRESENTACION

 

Probablemente una de las problemáticas más complejas que enfrenta el actual modo de desarrollo en la región de Magallanes, así como en el conjunto de las economías latinoamericanas y en el mundo, es la cuestión de la energía, tanto desde el punto de vista de las fuentes de suministro, como de la permanencia y seguridad de tales suministros para un desarrollo sustentable en nuestra región.

¿Tenemos derecho los magallánicos a esperar que la riqueza gasífera será para beneficio de los habitantes de esta tierra?  ¿O habremos de observar impasibles cómo otros se la llevan para beneficio de intereses extranjeros?

El anuncio reciente del descubrimiento de reservas de gas natural en Tierra del Fuego chilena, presenta el aspecto de una noticia con tintes publicitarios, ya que la existencia de gas natural en tal sector y en todo Magallanes, es una evidencia que conocían los trabajadores, técnicos y profesionales de ENAP, desde los años cincuenta del siglo XX.  Resulta evidente que la reciente aceleración de las exploraciones de ENAP en busca de gas natural en Magallanes -a contrapelo de una decisión política que había sido adoptada hace años en la empresa petrolera de preferir fuentes gasíferas extranjeras, para incrementar "el negocio"- hoy nos ponen como región ante el dilema de decidir en una materia que tendrá serias repercusiones para las próximas décadas.    Es posible afirmar que hoy la cuestión del gas natural magallánico vuelve al debate público y a las primeras planas noticiosas, nada más que porque los suministros de gas natural argentino han sido recortados y seguirán recortándose  a medida que se recupere la economía argentina.   Hay una evidente connotación centralista en este aspecto de la realidad: si el gas natural argentino fluyera sin problemas hacia el centro de Chile, ninguna exploración gazífera se habría apurado en Magallanes...

Para responder a estos dilemas, es necesario promover un debate público, crítico e informado, que tome en consideración no solo las exigencias de rentabilidad y de beneficio mercantil, sino que cuestione también el modo de vida que este capitalismo nos ha impuesto; que tome consideración no solo el presente, que podría ser halagueño si las reservas descubiertas son considerables y comercializables, sino que haga cuestión del futuro de nuestro desarrollo, de nuestra matriz energética y que lleguemos a preguntarnos incluso ¿y qué harán nuestros hijos o nuestros nietos el día que se termine el gas natural en Magallanes? 

Se trata también de escapar de dos falacias frecuentes en el discurso oficial: una, que estos son temas que solo los especialistas puede resolver, porque se trata de materias de alta complejidad; y segunda, que el sistema de economía social de mercado o neo-liberal es absolutamente intocable, incluso desde el punto de vista energético, porque se podría "espantar" la inversión extranjera. 

Ambas falacias se deshacen en un instante: primero, la cuestión del gas natural en Magallanes es un tema político porque concierne a nuestro futuro como región y como especie humana y solo en segundo lugar es económico y técnico, y al ser político, lo debe discutir la ciudadanía democráticamente; y segundo, ¿y cómo llega tanta inversión capitalista internacional a la República Popular China, el Estado comunista más grande del mundo? ...allí los capitalistas e inversionistas no se espantan con el comunismo chino...tanto que se benefician de él.

Este ensayo -una contribución intelectual para un debate político serio- pretende reflexionar en términos intelectuales e incitar a una reflexión política informada y crítica, en torno a las principales tendencias y escenarios energéticos de mediano plazo para la región de Magallanes, en un horizonte situado en la década de 2020-2030 aproximadamente.

 

Manuel Luis Rodríguez U.   Cientista Político. 

Punta Arenas - Magallanes, abril de 2006.

 

TERMINOS DE REFERENCIA PARA UN ANALISIS PROSPECTIVO

 

Desde el punto de vista energético, la historia de la región de Magallanes e incluso del conjunto de la Patagonia, desde mediados del siglo XIX hasta el presente, puede ser interpretada como una serie de fases de desarrollo caracterizadas por la utilización masiva de un recurso energético: primero fueron las maderas y el carbón, después fue el petróleo y en el presente, desde 1980 en adelante, nos interrogamos por nuestro destino energético.

Actualmente enfrentamos un conjunto de problemas y dilemas energéticos interrelacionados entre sí, peron que repercutirán en el mediano y largo plazo sobre el modo y la calidad de vida de nuestra región austral, si no se adoptan medidas políticas de envergadura.  Por cierto que la cuestión de fondo más grave y profunda, que se nos plantea cada vez que analizamos el presente y los futuros posibles de nuestra matriz energética, es el del tipo de desarrollo que estamos siguiendo.  

 

Un sistema y estilo de desarrollo energéticamente condenado al colapso 

 

Los economistas actuales han dado en denominarle el "modelo" de desarrollo para referirse a un estilo y a un sistema  socio-económico y político, estructuralmente imbricado y basado en la lógica del mercado y del lucro individual, del predominio económico y político del capital sobre el trabajo y sobre la utilización masiva de determinados recursos energéticos no-renovables.  

Pero, éste sistema capitalista de corte neoliberal, ambientalmente depredador y socialmente desigualador no es ningún modelo, en el sentido de una forma de organización socio-económica ejemplar o que pudiera servir como ejemplo para las futuras generaciones.   Por el contrario, es posible afirmar que actualmente la sociedad chilena y nuestra región austral experimentan un modo y un estilo de desarrollo que funciona estructuralmente sobre la base de la desigualdad social y económica, de la explotación sistemática del trabajo, de la inteligencia y de la creatividad humanas y  de la depredación más o menos intensiva del medio ambiente y los recursos naturales y energéticos.

¿Sobre qué bases energéticas ha estado funcionando este capitalismo en Chile y en nuestra región de Magallanes?  Sobre la explotación masiva y sucesiva de ciertos recursos energéticos no renovables como las maderas, el carbón, el petróleo y actualmente el gas natural.   Si analizamos la trayectora histórica de la evolución de la economía regional de Magallanes, podemos interpretar que desde 1843-48 en adelante, la estructura económica regional se basó en el uso indiscriminado y masivo de ciertos recursos energéticos, prácticamente sin importar sus efectos y su futuro como recurso. 

En efecto, en el período inicial de la economía magallánica de subsistencia (1848-1868), las maderas de los bosques cercanos a Punta Arenas  fueron la principal fuente energética.  Más adelante, cuando se constituyó en el territorio una economía ganadera de exportación (desde 1868 hasta 1945), el principal recurso de energía fué el carbón tanto en Magallanes como en Ultima Esperanza.  Y desde 1945 en adelante, el petróleo pasó a convertirse en nuestra principal fuente de energía, configurando una economía petrolera de explotación asociada además con la instalación definitiva en la zona de un modo de vida moderno y con tendencia incipiente hacia la industrialización.   Actualmente, con el agotamiento gradual de las reservas accesibles de petróleo en Magallanes, después de la explotación indiscriminada realizada bajo el régimen militar en costa afuera (década de 1980 en adelante), la región se encuentra en pleno proceso de transición desde una matriz energética basada en el petróleo a una matriz orientada al uso del gas natural.

Ahora bien, la decisión estratégica de reorientarse hacia el gas natural, adoptada también durante la dictadura militar, buscaba reemplazar de alguna manera la creciente escasez y el incremento progresivo de los precios del crudo, convirtiendo al gas natural en un producto energético rentable, cuyo curso de precios debía estar asociado a la evolución de sus precios internacionales.    Esta tendencia "pro-gas natural" ha continuado durante los gobiernos democráticos, sin que se haya hecho ningún esfuerzo serio para abrirse hacia el uso de fuentes energéticas renovables y ambientalmente sustentables.  

La lógica capitalista neo-liberal predominante para Magallanes en los últimos cincuenta años del siglo XX fue de algo así como "...gasten petróleo, porque tenemos petróleo..." y después ha sido de "...gasten gas, porque tenemos gas..."   Las dos preguntas claves son: ¿y a qué costo?  ¿y hasta cuándo?   Todos los estudios y estimaciones internacionales serias que existen actualmente, indican que a medida que las reservas de gas natural en el mundo vayan escaseando porque el consumo mundial de gas natural está aumentando aceleradamente, los precios del gas van a aumentar siguiendo el ritmo de ascenso que sigue hoy el petróleo, el otro hidrocarburo cada vez más escaso.  En América Latina y en varias regiones del mundo, el gas natural se está convirtiendo en el "producto energético estrella" y en el negocio energético más rentable y con mayores proyecciones de futuro, ya que existe una comprensión cada vez más clara y evidente que vamos camino a un colapso petrolero hacia el 2030 ó 2040. 

Lo que está ocurriendo es que se consume cada vez más petróleo en el mundo y las reservas existentes y potenciales indican que se llegaría a un "pick petrolero" en algún momento hacia el 2030 - 2040, y a partir de ese momento, los precios seguirán subiendo, mientras las reservas comenzarán a disminuir. ¿Cuánto falta para que el precio del barril de petróleo llegue a 100 dolares?  Lo principal a anotar en este análisis comparativo, es que puede predecirse que la trayectoria futura hacia el colapso que lleva la economía petrolera, es similar a la que seguirá la economía gasífera.

Los grandes pensadores del socialismo clásico habían anticipado durante el siglo XIX para algún momento indeterminado del futuro, el colapso final del capitalismo, en aquel entonces triunfante.   No es el momento de predecir nuevamente la crisis final del capitalismo o del imperio que le sirve de soporte político-estratégico, pero ningún ideólogo del conservadurismo o del neo-liberalismo ha sido capaz de prever que este modo de producción capitalista va a continuar tal como hasta hoy en el futuro, si el gran dilema energético del petróleo no se resuelve.  

Escribe Marx en su "Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política" de 1859: "El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general... Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas..."   Parafraseando este análisis podríamos argumentar que "...al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con los fundamentos energéticos que las hacen posibles y con las cuales se han desenvuelto hasta allí, y que de formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas modalidades energéticas se convierten en trabas suyas..."

Una economía capitalista, globalizada, imperial y depredadora de esta envergadura, en realidad un tipo de civilización que lleva ya casi cinco siglos de funcionamiento, se enfrenta a una coyuntura crítica estructural profunda.   Es como la lógica política leninista trasladada al modo de organización de la economía: llegará un momento en que la estructura económica de dominación "de arriba" no podrá seguir funcionando, porque las bases energéticas "de abajo" no le permitirán seguir dominando como hasta el presente.  El curso de colisión del capitalismo imperial actualmente dominante, no sería entonces contra alguna supuesta potencia que le dispute su hegemonía global en un orden unipolar como éste, sino contra sus propios fundamentos energéticos de funcionamiento, al precio creciente y costoso de nuevas guerras, otras invasiones y una siempre abundante depredación y degradación ambiental.  Probablemente aquel final no será una explosión, sino una implosión.

Otro aspecto preocupante del tema, es comprender algunos de los impactos militares y estratégicos del paso de una economía basada en el petróleo al gas natural.  Podemos preguntarnos:si las principales guerras y conflictos que han tenido lugar a lo largo del siglo XX, han tenido como causa real o causa oculta la lucha por el acceso, posesión y control sobre el petróleo, ¿quién podría predecir que en el futuro no asistiremos a guerras por el gas natural o el recurso-agua?   A medida que estos recursos se vayan haciendo más costosos, más escasos y su "valor estratégico" aumente, la probabilidad de conflictos y guerras a su propósito tambien aumentará.

 

Algunos aspectos geopolíticos

 

El concepto de "autonomía energética relativa" podría bien servir como noción política y geopolítica básica para desarrollar nuestro futuro energético.  La región de Magallanes es una de las más ricamente dotadas de recursos energéticos dentro del territorio nacional de Chile y por lo tanto, su importancia geopolítica y estratégica adquiere una nueva connotación: la de ser un territorio que podría suministrar al resto de Chile algunos de los recursos energéticos que hoy debe importar desde el exterior.  

En los tiempos de la globalización la autarquía es una noción anticuada y decimonónica, pero pretender reservar los recursos energéticos para el propio desarrollo como prioridad esencial, no se contrapone con la posibilidad de exportar los excedentes energéticos. 

La seguridad energética de Chile y de Magallanes está también de por medio, en la medida en que todos los actuales suministros que llegan a Magallanes pasan por territorio argentino o por aguas internacionales.  Hoy como región, somos mucho más vulnerables energéticamente que hace treinta o cuarenta años atrás, y podríamos disminuir esa vulnerabilidad si recurrimos a nuestras propias fuentes de energía con un criterio de autonomía energética relativa y de interés nacional prioritario.

¿Hay algo más patriótico que pretender que las riquezas naturales y energéticas de Chile se desarrollen para beneficio del crecimiento de nuestra propia economía y después, sólo despues, sean productos para la exportación?  ¿Hay acaso algo más patriótico y defensor de la soberanía nacional que pretender que los recursos energéticos chilenos, sean explotados por empresas chilenas para beneficio del desarrollo de la economía nacional y secundariamente, para el interés lucrativo y energético de las potencias dominantes? 

¿O acaso así no lo han hecho todas las potencias capitalistas el hemisferio norte, que hoy nos pretenden vender el discurso de la apertura de los mercados y de la globalización? 

 

En síntesis... 

 

En síntesis, los términos de referencia para un análisis prospectivo y crítico de la cuestión energética regional serían:

a)  un recurso petroleo que escasea y se agota indeclinablemente;

b)  el resurgimiento de las expectativas en torno al uso del gas natural como principal fuente energética para la región;

c)  insuficiencias en el uso de recursos energéticos renovables;

d)  una matriz energética fuertemente dependiente de recursos energéticos procedentes de fuera de la región;

e)  la existencia de una considerable variedad de recursos energéticos en la región; 

f)  falta de una Política Estratégica del Estado y de la región, para planificar el futuro energético o de la matriz energética de la región.

 

UNA INSTITUCIONALIDAD PUBLICA PARA EL PROBLEMA ENERGETICO

 

Creemos que recursos energéticos tan importantes y acaso de importancia estratégica para Magallanes y para el resto de Chile, deben ser declarados por el Estado de Chile, como recursos de interés público.   El gas natural debe ser declarado explícita y legalmente como recurso energético estratégico y de propiedad del Estado, y solo después el Estado decidirá su destino.

Esto implica además, introducir profundas modificaciones estructurales en la institucionalidad pública que se encarga de la energía en Chile y en Magallanes en particular.   Si la gran orientación energética que va a desarrollar Magallanes en el futuro venidero y de mediano plazo, es alrededor del gas natural, entonces perfectamente la filial Magallanes de ENAP, podría ser transformada en una Empresa Regional de Energías, que se haga cargo de la exploración, explotación, distribución, investigación y desarrollo de todas las fuentes energéticas que contienen los territorios (marítimo y terrestre) de la región. 

Y sería esa Empresa Regional de Energías la que, como empresa pública dotada de capital financiero y capital humano suficiente, podría formar alianzas estratégicas con entidades privadas que proporcionen la tecnología para tales procesos.

Proponemos entonces: 1° que la región de Magallanes -sobre la base de un amplio debate público, político y técnico informado- fije su propia Política Energética Regional de corto, mediano y largo plazo, como instrumento de planificación estratégica y de orientación de los mercados, a fin de determinar -entre otras decisiones- el destino que se va a dar a los recursos energéticos que la región contiene; y 2° que se estudie y proponga al Ejecutivo una modificación a la ley orgánica de ENAP que permita la transformación de la filial Magallanes de ésta en una Empresa Regional de Energías, encargada de la exploración, explotación, distribución, investigación y desarrollo de los recursos energéticos disponibles en la región.

 

ESCENARIOS

 

Podemos esperar que como consecuencia del reciente "hallazgo" de gas natural en Tierra del Fuego chilena, el debate político y político-técnico en torno a qué hacer con ese gas, se incrementará y ocupará en ciertos momentos a la opinión pública.   Algunos han adelantado incluso la proposición de avanzar hacia la constitución de un llamado "polo petroquímico" en Magallanes, incluyendo una planta de etileno, siguiendo las clásicas propuestas basadas en el industrialismo de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Durante la reciente campaña parlamentaria y presidencial, la polémica acerca de la decisión de ENAP de construir una planta de etileno en Concepción, y no en Magallanes, fue objeto de numerosos debates. 

Pero lo que pocos han dicho, es que de todas las industrias petroquímicas actualmente en funcionamiento en el mundo, las unidades productivas más contaminantes y depredadoras del medio ambiente son precisamente las plantas de etileno, tanto por las emisiones de gases a la atmósfera (contribuyendo de paso al deterioro de la capa de ozono), como por las emisiones de desechos líquidos que contaminan las napas subterráneas y el suelo vegetal.   (La planta de etileno de Bahía Blanca en la Patagonia argentina, bien podría servirnos de ejemplo).

¿Estamos dispuestos como región a sacrificar este medio ambiente único, que nos sitúa como una de las zonas más limpias y promisorias para el turismo en el planeta, en nombre de una industrialización que seguramente enriquecerá a unos pocos consorcios gasíferos transnacionales?   Gas natural, ¿riqueza para quiénes? ¿para todos los habitantes de la región y su mejor calidad de vida y desarrollo humano? ¿o beneficio mercantil creciente para el capital financiero e industrial, interesado en obtener ganancias rápidas...hasta que se termine el gas?   Explotación del gas natural en Magallanes, ¿a cargo de quiénes? ¿de la Empresa Nacional del Petróleo, que ha acumulado más de cincuenta años de experiencia técnico-profesional y es una de las empresas estatales más rentables en el Chile de hoy? ¿o de consorcios extranjeros multinacionales, que llegan, sacan, vacían y se van?

¿Estamos dispuestos a reconocer que la explotación de pozos de gas natural sigue una curva de expansión y decaimiento más acelerado que el de los pozos petrolíferos?

Son pocos los escenarios prospectivos que se presentan hacia el horizonte del mediano plazo, es decir, hacia las décadas de los años de 2020 y 2030.  Todos ellos dependen de un conjunto de macro-variables decisivas, de decisiones que deberán adoptarse en los próximos cinco a diez años y cuyo impacto más probable repercutirá en aquel entonces. 

 

Un escenario tendencial de desarrollo basado en la mantención de una matriz energética sobre recursos no-renovables

Un escenario tendencial, supone que la región de Magallanes, por decisión pública y de los actores privados continuará como hoy, apostando a la explotación de recursos energéticos no-renovables como el gas natural e incluso en carbón, tomando en cuenta solo secundariamente los impactos ambientales de tal opción.  La matriz energética actual continuará siendo en el futuro previsible, fuertemente dependiente de los mercados y precios externos y estrechamente asociada a recursos energéticos provenientes del exterior como el petróleo.

Los efectos que dicha matriz energética producirá pueden medirse en términos de dependencia económica respecto de fuerzas y actores externos a la región de Magallanes, en términos de un deterioro del medio ambiente asociado, y en particular a los impactos  por el incremento de los precios de los combustibles petróleo y gas natural, como consecuencia de su mayor demanda y la disminución de sus reservas. 

 

Un escenario normativo de desarrollo basado en una gradual diversificación de la matriz energética, orientándose hacia las fuentes renovables y limpias.

 

La región de Magallanes opta por una diversificación gradual de su matriz energética.   La opción de la diversificación de la matriz energética, supone generar reglas claras y estables para inducir la inversión privada, en términos que resguarden la preservación del medio ambiente, pero al mismo tiempo, producir procesos educacionales de largo plazo, para alentar el uso de fuentes energéticas limpias y no contaminentes, en el marco de una institucionalidad energética pública, regionalizada y renovada. 

Ello significa, por ejemplo, derivar una parte de la generación eléctrica hacia el uso del carbón como fuente energética, orientar el gas natural exclusivamente hacia su utilización como calefacción doméstica y combustible para el transporte, desarrollando al mismo tiempo el uso cada vez más extendido de la energía eólica (parques eólicos) para la expandir la electricidad rural, y aprovechar la energía mareomotriz en determinados sectores costeros del Estrecho de Magallanes. 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y DOCUMENTALES

 

Bullon, F.: El mundo ante el cenit del petróleo. Barcelona, 2006.  (sitio web: www.crisisenergetica.org

Energy Information Administration: International Energy Outlook 2005.  Washington, 2006. EIA. 

Horty, G.: Energía y Ambiente en el Mercosur.  Evaluación preliminar de futuros posibles.  (Versión digital del sitio web: www.mercosur.org

Marx, C.: Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política.  1859.  (Versión digital del sitio: www.marxists.org)

Marzo, M.: Combustibles fósiles y Geopolitica.  Barcelona, 2006. 

0 comentarios